Tenemos una imagen prototípica de los entierros vikingos, en la que los cuerpos de los guerreros eran quemados en el interior de una de sus naves, y con el cadáver de un perro a sus pies. Y eso ocurrió en ocasiones, pero también sepultaban a los suyos en tierra firme.
Un estudio realizado por un equipo de la universidad de Oslo, ha analizado 150 enterramientos vikingos descubiertos en Islandia, y han encontrado que en diecinueve de las tumbas había también restos de caballos. Y ese hecho coincidía con los enterramientos de los guerreros de mayor rango.
Analizando los huesos de las pelvis y los dientes de los equinos hallados, pudieron determinar el sexo de los animales. Los resultados revelaron que dieciocho de los caballos cuyos restos se hallaron, eran machos.
Las pruebas también demostraron que los animales no habían fallecido de forma natural, sino que habían sido sacrificados y enterrados junto a sus amos, cuando aún estaban en su mejor momento físico.
Fuente: Phys.org.
Vicente Fernández López