Hay capítulos de la vida de Charles Darwin que aún están rodeados de misterio. Y uno de ellos es el referente a su enfermedad o enfermedades. Sabemos por sus diarios que su salud no era la ideal. En ellos describió que sufría con frecuencia una variedad de dolencias que incluían diarreas, flatulencias, úlceras en la piel y fiebres frecuentes.
Pero, ¿qué enfermedad padecía? Lo cierto es que nadie lo sabe con seguridad, aunque se han propuesto varias teorías. Se ha dicho que Darwin podría sufrir intolerancia a la lactosa, el mal de Chagas, o alguna enfermedad exótica transmitida por la picadura de algún insecto durante su viaje por América del Sur.
Y, ahora, investigadores de la Erasmus University, en los Países Bajos, proponen una nueva teoría. Dicen que los síntomas que sufría Darwin, muchos de los cuales ya se habían manifestado antes de su célebre travesía en el Beagle, coinciden con los de la enfermedad de Lyme, un mal causado por la bacteria Borrelia.
El microorganismo es transmitido por la picadura de una garrapata. Y los investigadores piensan que Darwin pudo ser víctima de estos parásitos durante su juventud, durante alguna excursión por la campiña británica.
Fuente: The Guardian.