El químico ruso Dmitri Mendeleiev, nacido en 1834, ha pasado a la historia por ser el creado de la tabla periódica de los elementos. Pero Mendeleiev,que puso orden y cordura en los elemento químicos conocidos con un sistema que se mantiene hasta la actualidad, también ha pasado a la historia por su amor (al menos, científico) por el vodka.
En 1893, Mendeliev se convirtió en director de la Oficina de Pesos y Medidas rusa. Gracias a su pasión por el orden, no sólo le fue confiado este puesto sino también la responsabilidad de establecer unas pautas por las que el vodka podría ser llamado y reconocido como tal.
Hasta entonces, esta bebida (el resultado de la destilación de productos tan dispares como el maiz, la patata y especialmente cereales como el trigo o el centeno) se producía con una acumulación alcohólica que alcanzaba los 50º pero que también podía tener porcentajes mínimos de poco más de 10º. Los rusos denominaban ‘vodka’ a productos realmente dispares.
Los estudios químicos de Mendeleiev le permitieron llegar a la conclusión de que un grado alcoholico de 40º (es decir, 40 gramos de alcohol por cada 100 gramos de producto) hacía que el calor producido en su consumo fuera el mínimo y, por tanto, se mantuviera al máximo su sabor. Desde entonces, y de forma oficial, el vodka ruso tiene una graduación obligatoria de 40º, algo que han imitado de forma voluntaria fabricantes de otros destilados como whisky, ron o ginebra de todo el mundo.
Redacción QUO