El británico Ernest Shackleton realizó varias expediciones a la Antártida, pero la que comenzó en 1914 ha quedado como uno de los episodios más heroicos de la conquista de aquel continente helado.
El buque de los expedicionarios, el Endurance, quedó atrapado en el hielo y sus tripulantes se vieron obligados a pasar varios meses viviendo a bordo. Finalmente, los hielos acabaron quebrando el casco de la nave y tuvieron que abandonarla. Usando los botes lograron finalmente llegar a tierra firme, sin que falleciera ninguno de los 56 hombres que formaban la tripulación.
Ahora, una nueva expedición bautizada como The Weddell Sea Expedition 2019, se encuentra en aguas de la Antártida con el propósito de localizar el pecio del Endurance. Los responsables de la misma calculan que los restos del barco se encuentran hundidos a una profundidad de 3.000 metros y disponen de las coordenadas exactas del lugar, que fueron anotadas por el propio Shackleton.
Los expedicionarios creen que los restos del barco estarán en un buen estado de conservación pese al tiempo transcurrido desde su hundimiento, debido a que los microorganismos que causan la degradación de la madera no suelen vivir en aguas tan frías.
Fuente: BBC.