Mary Jane Kelly fue la quinta y última víctima del asesino más célebre y misterioso de toda la historia, Jack el Destripador. Su cadáver, horriblemente mutilado fue descubierto el 9 de noviembre de 1888. La mujer solo tenía veinticinco años y ejercía la prostitución.

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Ahora, el mismo equipo de investigadores de la Universidad de Leicester que encontró e identificó los restos de Ricardo III, se ha embarcado en la misión de tratar de localizar los de Mary. ¿La causa? Un cirujano londinense llamado Wynne Weston-Daviesestá convencido de que aquella mujer era su tía abuela.

Wynne tiene la teoría de que el Destripador únicamente quería asesinar a Mary Jane, y que mató a las otras prostitutas para despistar a la policía. Según su hipótesis, el asesino habría sido un periodista llamado Francis Spurzheim Craig, que se había casado con la mujer unos años antes, y que la mató como venganza por abandonarle.

Evidentemente, el primer paso para validar esa teoría es comprobar si realmente Mary Jane fue su tía abuela, para lo cual es necesario cotejar sus muestras genéticas con las del cadáver. El problema es que nadie sabe donde se encuentran los restos de la mujer asesinada.

Mary Jane fue enterrada en una fosa común del St Patrick’s Roman Catholic Cemetery de Londres. Pero los restos de dicha fosa fueron removidos en 1940 y nadie sabe donde se depositaron de nuevo. En el cementerio hay varias lápidas que conmemoran la muerte de esta mujer, pero ninguna de ellas marca el lugar de su sepultura.

Los investigadores creen que será muy difícil localizar sus restos pero, aún así, van a intentarlo.

Fuente: EurekAlert.

Vicente Fernández López