El mundo mira hoy a Notre Dame, la joya gótica edificada entre 1163 y 1345 y una de las insignias del catolicismo. 200 años de construcción y solo unas horas para destruirse. Aunque ya había sufrido un incendio en 1871, durante la Comunidad de París, su efecto no fue ni comparable a este. Las imágenes de las llamas han dado la vuelta al mundo, pero hoy está totalmente controlado.
¿Cómo se originó?
Aunque falta mucho por analizar, las primeras investigaciones apuntan a unas obras de renovación del edificio, concretamente en la aguja del templo, que fue donde empezó a arder. La finalización de estas obras, cuyo coste ronda los seis millones de euros, estaba prevista para 2022.
No es la primera vez que arde una iglesia durante los trabajos de remodelación. Las flamas de los sopletes o las chispas de las herramientas de soldadura tocan muy de cerca algunos materiales inflamables. La aguja central, que contenía reliquias de San Denis y San Genevieve, los patronos de París, fue reconstruida en 1830 por Eugène Viollet-le-Duc con un recubrimiento de pizarra que imitaba el antiguo tejado y sustancialmente inflamable. Igual que el techo de madera, son elementos que están a gran altura, difíciles de alcanzar con los métodos de extinción.
¿Por qué no pudo sofocarse a tiempo?
Los bomberos tuvieron dificultades para acceder a la catedral, lo que hizo que las llamas se expandieran por todo el armazón que sujeta el techo, que poco a poco fue pasto de las llamas. Su altura hacía difícil que las alcanzase el agua de las mangueras. Más de 400 bomberos trabajaron en las labores de extinción, pero no pudieron hacer uso de hidroaviones porque las toneladas de agua necesarias habrían provocado el hundimiento de la estructura y, por tanto, su derrumbe. También habría ocasionado daños colaterales en edificios próximos. Así lo explicó la Seguridad Civil francesa. Los expertos aconsejaron dejar arder la piedra y la pizarra del edificio antes que rociarla. Al absorber la piedra la humedad, habría aumentado el peso de la estructura. Es un efecto que ya se advirtió en 1966, en el incendio que sufrió la catedral de León, y evitó males mayores.
¿Por qué la estructura está salvada?
El interior del atrio está destrozado y el techo de madera ha caído completamente. A pesar de que por momentos se pensó en un derrumbe casi total, antes de medianoche, los bomberos aseguraron que la estructura, que data del siglo XIX por un lado y del siglo XIII por el otro, “está a salvo y preservada en su conjunto”. Las dos torres del monumento han resistido, a pesar de que una de ellas corrió un serio peligro. Si el fuego hubiese avanzado al mismo ritmo con el que se inició, en poco más de dos horas buena parte del edificio habría cedido, según informaron los bomberos. Durante las tareas de sofoco del incendio, ha sido también importante poner a salvo las obras de arte. Aunque los daños son inmensos, la túnica de San Luis y la Corona de Espinas no han resultado dañadas. Además, varias estatuas habían sido retiradas previamente con grúa para su restauración.
¿Es posible su reconstrucción?
En medio del caos, Emmanuel Macron quiso reconfortar al país avanzando que se iniciará la reconstrucción lo antes posible y anunció que hoy mismo abrirá una colecta nacional y fuera de las fronteras para atraer dinero y todo el talento que sea necesario para volver a levantar Notre Dame. La UNESCO informó también que sigue de cerca la situación y estará junto a Francia “para salvaguardar y rehabilitar este patrimonio inestimable». El magnate francés François-Henri Pinault y su padre han declarado en un comunicado que donarán 100 millones de euros.
¿Hay más edificios dañados?
La gigantesca columna de humo visible desde kilómetros de distancia hizo pensar que la expansión del fuego era aún más grave. Más de mil personas que viven en el entorno más próximo fueron desalojadas, igual que los turistas que en ese momento se encontraban en las inmediaciones. La zona fue acordonada inmediatamente por la policía.
¿Qué impacto tiene en la capital?
“Notre Dame es París, es toda su historia”, declaró ayer su alcaldesa Anne Hidalgo. El monumento, rodeado por el río Sena, es el más visitado de Francia, con 12 millones de turistas en 2018. A sus pies se encuentra el kilómetro 0 de Francia. Alcanzó estatus literario con la novela de Víctor Hugo, publicada en 1831, y su personaje de Quasimodo, el jorobado de Notre Dame, popularizado en el siglo XX. El fuego es la destrucción de lo sublime, contaba un usuario en sus redes sociales. Durante generaciones, la catedral ha sido un lugar de peregrinación y oración, aunque la religión en Francia ha ido disminuyendo en las últimas décadas.
Miles de franceses oraron y cantaron mientras observaban impotentes la destrucción de Notre Dame.
Marian Benito