El próximo Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) está previsto para 2014, pero “todos los resultados que se vayan a utilizar deberán haberse publicado antes de marzo de 2012”, declara Carlos Duarte, profesor de Investigación del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (CSIC-UIB), quien considera que el principio de año traerá por ello consigo una nutrida cosecha de datos sobre los impactos del calentamiento global. Entre esos impactos destaca la importancia de la fusión del Ártico, “la primera evidencia tangible de cambio climático peligroso, que ya no es un concepto hipotético del futuro, sino algo que está ocurriendo y no hemos evitado. Ahora se trata de saber si podemos evitar sus consecuencias”, asegura Duarte.
Entre ellas, el aumento del nivel del mar y la disminución de la capacidad del océano Ártico de capturar CO2, que recientemente se ha calculado entre el 5 y el 14% del total mundial. Pero el deshielo también afectará al permafrost (la capa de suelo congelado que cubre gran parte de las zonas más frías de la Tierra). Según un reciente artículo en Nature –firmado, entre otros, por Edward Shuur, de la Universidad de Florida (EEUU)–, al derretirse liberará a la atmósfera una cantidad de carbono similar a la provocada por la deforestación, pero su influencia sobre el clima será 2,5 veces mayor.
En opinión de Carlos Duarte, su principal campo de investigación, el océano profundo, “también será objeto de muchos resultados innovadores acerca de su funcionamiento”. Gran parte de ellos provendrán de los datos recogidos por la expedición Malaspina, realizada entre 2010 y 2011 y de la que el oceanógrafo es coordinador. La zona más desconocida de nuestro planeta alberga su mayor actividad geológica, sometida a una permanente renovación facial a base de erupciones de lava y desplazamiento de placas. Las incógnitas en torno a la vida microbiana que la puebla, a las especies de los fondos abisales o al funcionamiento de sus ecosistemas pemanecen en una tremenda oscuridad.
Que podría comenzar a adquirir más luz con el nuevo proyecto de la empresa Virgin: enviar un submarino de exploración a la fosa de las Marianas, en el océano Pacífico, la más profunda del mundo. El viaje, previsto para la primavera, consistirá en sumergirse a una profundidad récord de 11 km y recorrer allí otros diez.
Pilar Gil Villar