En Estados Unidos, concretamente en Washington, es el único estado en los Estados Unidos, y posiblemente en el mundo, donde estrá permitida la «reducción orgánica natural» de restos humanos a partir de 2020.
También es legal la hidrólisis alcalina, un proceso químico que también utiliza calor, presión y agua para licuar los restos. El hueso no se licua en el proceso, por lo que se tritura y entrega a los seres queridos. La hidrólisis alcalina sí es legal en otros 19 estados, según el New York Times. Es España no lo es ninguna de las dos cosas.
¿Qué es la reducción orgánica natural?
Se trata de un proceso en el que el fallecido es compostado. Es la alternativa a los llamados «entierros verdes» y la cremación. Los entierros tradicionales generalmente requieren productos químicos para embalsamamiento y ataúdes que permanecen en el suelo durante siglos. Los entierros verdes, que renuncian a los ataúdes elaborados y los productos químicos de embalsamamiento, todavía requieren mucha cantidad de tierra, lo que puede ser costoso, especialmente en las zonas urbanas. La cremación, por otro lado, requiere una cantidad significativa de energía (principalmente de combustibles fósiles) y libera gases de efecto invernadero en el proceso.
Ya existe una organización que quiere proveer este servicio, se llama Recompose, y espera servir a las personas que desean un descanso final menos perjudicial para el medio ambiente. El compostaje del ganado fallecido ya se practicado por algunos agricultores, y la Universidad del Estado de Washington realizó una prueba del proceso con restos humanos, utilizando seis cuerpos que habían sido donados con fines de investigación. El proceso tardó aproximadamente cuatro semanas en completarse, y creó algo menos de un metro cúbico de suelo por persona.
Recompose dice que su proceso de reducción de restos humanos ocurrirá dentro de «recipientes de recomposición hexagonales reutilizables».
«Cuando el proceso haya terminado, las familias podrán llevarse a casa parte del suelo creado, mientras que los jardines en el lugar nos recordarán que toda la vida está interconectada», dice la organización.
Los huesos y los dientes también se reducen en el proceso, ya que el ambiente dentro de las vainas hexagonales está controlado para dar apoyo a microbios y bacterias que fácilmente descomponen la materia humana más dura. Al igual que con una plataforma de compostaje casero, las vainas se mezclan periódicamente para garantizar que la descomposición sea uniforme. Piezas de metal, marcapasos y partes del cuerpo artificiales se eliminarían y reciclarían si fuera posible.
Katrina Spade, la fundadora de Recompose, le dijo al Times que el proceso costará alrededor de $ 5,000, más que una cremación tradicional, pero menos que un entierro tradicional. «El material que devolvemos a las familias es muy parecido al suelo vegetal que comprarías en tu vivero local», dice Recompose en su sitio web.
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Esther Sánchez