No existe una explicación absolutamente plausible para el dolor de las articulaciones ante cambios del tiempo. Creemos que se debe a que nuestro organismo es resultado de complejos equilibrios, fruto de reacciones químicas en las que influyen condiciones ambientales como la temperatura, la presión atmosférica y la humedad.
Además, las molestias no aparecen en articulaciones sanas, por lo que pensamos que el fenómeno se da en tejidos cuyo metabolismo está incrementado para responder a una necesidad regenerativa: en artritis, artrosis, tras un traumatismo…
Redacción QUO