Si la “alienmanía” se desatara en la realidad, sería un fenómeno en el que se mezclarían el puro negocio, el fanatismo y el delirio más absoluto. Así, podría ser que algunos se hicieran ricos organizando vuelos espaciales low cost, desde el Spaceport América, para llevar a los turistas hasta la estratosfera con el fin dar la bienvenida a “nuestros hermanos del espacio exterior”. Quienes contratasen esos vuelos disfrutarían de las impagables vistas espaciales, pero sin marcianos. Incluso hasta puede que se crease la Asociación para la Fraternidad Interestelar para pedir que se destruyan todos los negativos de la película Alien por incitar a la marcianofobia.
Redacción QUO