Da Vinci llevaba siempre consigo un cuaderno donde anotaba sus ideas. Estos cuadernos estaban escritos de derecha a izquierda. Existe la teoría de que Da Vinci era zurdo, y de ahí su escritura especular, como si lo hiciera en un espejo para evitar que la tinta se fuera corriendo a medida que pasaba la mano por encima .
Aun así, los biógrafos del genio italiano confirman que el pintor buscaba deliberadamente el secreto en sus ideas por miedo a un posible robo o plagio. Por eso, las notas de Da Vinci no solo estaban escritas de forma que se pudieran leer enfrente de un espejo, sino que, además, eran notas desordenadas, aparentemente caóticas, con anotaciones y dibujos por todas partes. Quizá una idea se sugería en una página y se resolvía en cualquier otra parte del cuaderno, tal y como le venía la solución a la cabeza. De esta forma, solo él podía saber el significado de todo aquel mosaico de notas, cálculos y dibujos que para cualquier otra persona habrían supuesto un problema al intentar entenderlas.
Redacción QUO