Un tango antiestrés

El trabajo, las prisas, la crisis… El estrés, la ansiedad e incluso la depresión se van apoderando de nosotros uno a uno, como una plaga de la sociedad ‘hiperconectada’ en que vivimos. A menudo no nos sentimos a gusto con nosotros mismos y nos preguntamos qué podríamos hacer para mejorar nuestras vidas.

Bailar tango. Es lo que nos propone un grupo de investigadores australianos que, tras estudiar la evolución de 41 personas, han llegado a la conclusión de que practicar la danza argentina por excelencia es enormemente beneficioso para la salud cuando sufrimos alteraciones de nuestro estado de ánimo.

“Los participantes mostraron una reducción significativa de sus niveles de depresión, ansiedad, estrés e insomnio. Su satisfacción vital y su autoeficacia se incrementaron”, afirman los autores del estudio publicado en la revista Music and Medicine”.

Los 41 participantes del estudio, de entre 18 y 73 años de edad con un 80% de mujeres, padecían una o varias de estas alteraciones en distinto grado. En función de ello, sus síntomas fueron catalogados como severos, moderadamente severos, suaves o normales. A 20 de ellos se les impartieron ocho clases de tango de 90 minutos cada una durante un periodo de dos semanas. Las otras 21, los sujetos de control, se quedaron en la lista de espera.

La gran mayoría de los que bailaron mostraron mejoras significativas, mientras que aquellos apuntados a la lista de espera se mantuvieron tal cual o incluso empeoraron. Los efectos, además, no fueron pasajeros. Un mes después, los que habían bailado seguían sintiendo menos ansiedad, estrés y depresión que antes de iniciar el experimento.

El tango requiere una conexión muy fuerte con la pareja, sincronización y una buena dosis de improvisación, requisitos todos ellos que ayudaron a los participantes a concentrarse en el presente y olvidar sus angustias.

Así que, ya sabéis, para los días grises nada mejor que dejarse llevar por la pasión del tango de Roxanne o por los versos de Carlos Gardel.

Redacción QUO