Hay amores que matan. La relación entre caballo y jinete es muy estrecha, tienen que entenderse a la perfección y, con el roce, se acaban cogiendo cariño. Pero, al parecer, el animal y su dueño mantienen una de esas amistades dañinas, en las que uno hiere al otro sin quererlo.
Resulta que la obesidad, esa epidemia que afecta cada vez a más y más gente en los países desarrollados, está pasando factura a los equinos británicos. Un estudio publicado en Journal of Veterinary Behaviour advierte de que un número cada vez mayor de caballos tiene problemas de salud porque las personas que los montan pesan demasiado para ellos.
Y es que los fish and chips y las galletitas de mantequilla del té de las 5 no perdonan. Según los datos que ha recogido el equipo de investigación, sólo el 5% de los jinetes tenían el peso óptimo para su caballo, lo que para la Dra. Handley Randle, investigadora principal del estudio, debería alarmar a los propietarios. «La gente tiende a pensar que los caballos son tan grandes que no pasa nada, que no notan el peso de sus jinetes, pero el impacto en la salud del animal puede ser bastante extremo«.
El estudio se basó en los datos recogidos de 152 caballos y sus correspondientes jinetes adultos procedentes de los establos de Devon y Cornwall. Los investigadores de la Universidad Ducado de Cornualles revelaron que sólo ocho de los dueños (5%) pesaron menos del 10% del peso de su caballo, lo que es la óptima relación según un conjunto de directrices elaboradas por los veterinarios.
El 63% de los jinetes tenía entre el 10 y el 15% del peso de su caballo, el porcentaje considerado «satisfactorio». El 32% pesaba más del 15%, una ratio que pone en peligro al animal. Y eso sin incluir el peso de la silla de montar.
La Dra. Randle advirtió que estos resultados muestran la necesidad de fijar unas nuevas directrices que se apliquen a todo el sector para proteger a los caballos de los jinetes con sobrepeso.
Keith Chandler, presidente de la Asociación Británica de Veterinarios Equinos, dijo: «Nuestros miembros dedican gran parte de su tiempo a lidiar con problemas de espalda y cojera de los animales. Y en parte están causados por no elegir el caballo correcto para el jinete indicado».
Redacción QUO