Ácido, salado, dulce o amargo. Gusto y sexo forman un exquisito binomio que aúna los dos grandes deleites del ser humano. Cuando el amante besa, o simplemente roza con los labios, la variedad de matices y sabores exclusivos que le depara un cuerpo ardiente de deseo es infinita. La lengua, con sus más de 10.000 papilas gustativas, entra en acción y envía al cerebro sus impulsos, directos hacia las áreas vinculadas con el placer.
“El sabor es una estrategia imprescindible para aumentar la excitación y disfrutar plenamente del lance amoroso”, asegura el sexólogo Eugenio López. Dice que el gusto incorporado a la sexualidad certifica la riqueza de gestos y sensaciones que componen el erotismo y permiten vivirla con mayor sensualidad y pasión.
Sabroso deseo
La pasión sabe, sobre todo, a imaginación. No existe una dieta afrodisíaca con poderes propios. La nata, la canela, el chocolate… no despiertan de un modo sistemático la libido. Es necesario crear un ambiente sugerente que anime a uno y a otro a descubrir los sabores del sexo.
Los llamados afrodisíacos naturales han acompañado a los amantes en las culturas más ancestrales. En la India mezclan arroz silvestre con miel de abejas; los romanos incluían caracoles regados con especias en sus cenas; todavía hoy, no hay restaurante romántico que se resista a incluir en sus cartas camarones, caviar, salmón, ostras y otros productos con una leyenda afrodisíaca apasionante.
La imagen de la persona amada provoca en el cerebro el mismo efecto que el azúcar
Algunos alimentos poseen cualidades que de algún modo sí activarían la respuesta sexual, aumentando la libido y potenciando una erección. El cacao, por ejemplo, es uno de ellos. Su contenido en feniletilamina activa la serotonina, una sustancia vinculada con la afectividad y la sensación de bienestar. También las ostras, por su contenido en NMDA y zinc, sustancias vinculadas con la activación de las hormonas sexuales en el cerebro. Otros, como el plátano, tienen una forma que recuerda al pene; suficiente para favorecer el deseo sexual.
Pero el sabor no hace más que aderezar un plato exquisitamente preparado. “Forma parte del repertorio de creatividad y originalidad que debe darse en las relaciones sexuales. Un preludio amoroso prolongado con un lubricante perfumado, música estimulante, temperatura óptima… va a ser muy excitante para ambos”, indica Eugenio López.
[image id=»63052″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Una empresa ha llegado a lanzar preservativos con sabor a whisky escocés, con el fin de hacer más placentero el sexo oral. Y alguna marca, aprovechando el tirón, ha llenado las perchas de los sex shops con ropa interior comestible.
El amor sí que endulza tu vida
De todos los detonantes que activan la respuesta sexual a través del sabor, hay uno que deja un regusto delicioso: el amor. ¿Pero cómo sabe? A los voluntarios de un experimento en la Universidad de Singapur se les hizo la misma pregunta y su respuesta fue: “Dulce”. De hecho, cuando se les ofreció un vaso de agua destilada después de haber escrito sus pensamientos de amor, el agua les resultó bastante más dulce que a los que habían escrito sobre celos o felicidad. La explicación puede estar en que el circuito de recompensa cerebral se active del mismo modo ante la imagen del ser amado que al tomar azúcar.
¿Y a qué sabe el semen? Una pregunta que tiene difícil respuesta. Se sabe que contiene abundantes vitaminas y minerales, y que el consumo de frutas como la piña consigue un sabor más agradable, según una investigación de la Universidad de Lyon. La carne roja, el ajo y el café, por el contrario, lo desmejoran. Pero cada hombre tiene un sabor de semen casi irrepetible. En el otro polo, tal y como asegura Violet Blue en su libro El sabor del sexo oral, una vagina sana debería tener “un ligero olor acre y dulce similar al de un yogur natural”.
Ellos
- Según un estudio realizado en Francia, el alcohol, la cafeína, la carne roja, el ajo y la nicotina desmejoran de forma evidente el sabor del esperma.
- Es tal la satisfacción que les produce el sexo oral que, según un estudio publicado en la Revista de Psicología Evolutiva, las parejas que lo practican minimizan el riesgo de infidelidad.
- La pasión masculina se dispara más con el tacto y la vista que con el gusto.
- El ajo tiene cualidades vigorizantes. Su capacidad para dilatar los vasos sanguíneos facilita la erección del pene.
Ellas
- El flujo vaginal varía de sabor según el momento hormonal (ovulación, período, menopausia, embarazo, etc.).
- En el acto sexual, la mujer es más sensible que el hombre al efecto de los sabores, los olores y los sonidos.
- La inclusión del gusto en el preludio sexual prepara adecuadamente a la mujer para pasar a la fase de penetración.
- El fluido seminal contiene sustancias (serotonina, oxitocina, cortisol , tirotropina y melatonina, entre otras) que mejoran el estado de ánimo femenino, según la Universidad Estatal de Nueva York
5 ideas excitantes… si se tiene mesura
¡Cuidado con el marisco! Fiel a su leyenda, puede provocar un intenso estímulo sexual. Pero si se abusa de él, también puede causarnos alguna desagradable reacción alérgica.
Una cena romántica es el preludio erótico preferido por los europeos, por el alto potencial sensual de dicha situación. Al gusto se unen el olfato, la vista, el oído y el tacto.
Pasar la punta de la lengua alrededor de los pezones de nuestra pareja es algo que casi siempre resulta muy excitante.
La mermelada es demasiado pringosa para untarla sobre el cuerpo de nuestra pareja. Si se queda pegada al vello corporal, se corre el riesgo de dar al traste con todo el erotismo del momento.
Antes de llegar a los genitales, conviene hacer un cuidadoso y placentero recorrido por el vientre, el monte de Venus, etc., pero sin regar de saliva cada poro de nuestro amante.
Redacción QUO