Tener eso que se llama un «amigo con derecho a roce» suena muy bien y depara gratos momentos. Pero una reciente investigación realizada por la Society for Scientific Study of Sexuality demuestra que este tipo de lazos no son nunca demasiado sólidos. Según este estudio, solo el 26% de las parejas que mantienen este tipo de relación siguen siendo amigos superados los tres años.
Según Kendra Knigth, la autora del estudio, la razón de este fracaso hay que buscarla en la falta de conversación entre los miembros de este tipo de parejas: «Existe miedo a tener una conversación demasiado profunda con un amigo de este tipo por el temor a mostrarse demasiado vulnerable en el plano emocional, a transmitir la sensación de que se espera un mayor compromiso en la relación. Eso hace que cualquier problema que pueda existir quede aparcado sin encontrar nunca una posible solución, lo que acaba pasando factura a la amistad».
La conclusión final según la investigadora es que, como en cualquier otro tipo de relación, la comunicación es esencial. Y si esta falla, ese amigo con derecho a roce tan especial puede acabar pasando a ser alguien totalmente ajeno a nuestras vidas.
Redacción QUO