La necesidad de abaratar costes en la Fórmula 1 ha llevado a sus responsables, encabezados por Bernie Ecclestone, a sugerir la posibilidad de imponer un un motor único para todas las escuderías. Las reacciones no se han hecho esperar y Ferrari, de momento, ya ha anunciado que de prosperar la iniciativa podría abandonar la competición en 2009. BMW y Mercedes, por su parte, también han expresado su disconformidad. Sin estos tres equipos, la Fórmula 1, al menos como hoy se concibe, no tendría sentido.
No es la primera vez que la Fórmula 1 se ve amenazada. Ya en 2004 Ford, Renault, Ferrari, Chrysler y BMW, ante el cambio de normas que Ecclestone impuso, rompieron relaciones con la FIA y amenazaron con crear un campeonato paralelo. Tras varios tiras y afloja todo quedó en agua de borrajas y aunque oficialmente la explicación fue que se llegó a un acuerdo, la realidad es que la ausencia de Ferrari en esa iniciativa fue decisiva.
Marta García Fernández