Hay actores que han nacido con la imagen perfecta para protagonizar westerns; John Wayne, Gary Cooper, Clint Eastwood y Randolph Scott son los ejemplos clásicos. Y a Tommy Lee Jones también se le podría incluir en dicho grupo. En su carrera como intérprete ya había protagonizado varios filmes de este género; y además, su primera película como director, la aclamadaLos tres entierros de Melquíades Estrada, ya era una especie de western de ambientación contemporánea en el que trazaba una elegía a la figura del cowboy.
[image id=»68776″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Ahora, con su segundo filme como realizador, titulado The homesman, Jones regresa al género; pero en esta ocasión va directo a sus fuentes, ya que ambienta la historia en el siglo XIX, en el período más
[image id=»68777″ data-caption=»Hillary Swank encarna al principal personaje femenino.» share=»true» expand=»true» size=»S»]convulso de la conquista del salvaje Oeste. En ella, el actor (también protagonista de la cinta) encarna a un ex forajido que tiene que guiar a un grupo de mujeres procedentes de una institución mental hacia un pueblo de Nebraska, donde las esperan sus familiares. Los ecos de Caravana de mujeres, el gran clásico de William Wellman, resuenan por tanto en esta película en la que los personajes femeninos adquieren un gran protagonismo dentro de un género tradicionalmente considerado como masculino.
No faltan a lo largo de la trama ni los pieles rojas, ni los pistoleros fuera de la ley, ni ninguno de los elementos tradicionales del género. Pero si en algo destaca especialmente el filme de Tommy Lee Jones es por la minuciosa reconstrucción de aquella época, con la que ha buscado en todo momento conseguir una recreación lo más realista posible de dicho período histórico. La excelente acogida que el filme tuvo en Cannes demuestra que ha logrado cumplir sus objetivos.
Redacción QUO