Hace unos meses, nos enteramos gracias a un estudio publicado en la revista Analytical Chemistry, que las flores amarillas de Flores en el florero azul, una de las obras del pintor holandés, estaban cambiando de color a consecuencia de la interacción del tipo de pintura utilizada por el artista y una capa de barniz protector aplicada por el museo Kroller-Muller a principios del s. XX. Ahora, otro de los cuadros del maestro del postimpresionismo está sufriendo cambios drásticos.

Se trata de los famosos girasoles, cuyo color también está variando. Según una investigación realizada por un grupo de científicos del Instituto de Ciencia Molecular y Tecnología (CNR-ISTM) de Perugia, de la Universidad de Perugia y de la Universidad de Amberes, todo se debe a la mezcla de pigmentos utilizados por el maestro neerlandés en su pintura. Para llegar a estas conclusiones, analizaron pequeñas partículas de pintura tomadas del cuadro con la fuente de luz PETRA III del Deutsches Elektronen-Synchroton.

Si hay algo que define a Van Gogh es el uso de los amarillos brillantes en sus obras. Según explican en la revista Angewandte Chemie International Edition, el artista utilizaba los llamados amarillos cromo, realizados mediante plomo, azufre, cromo y oxígeno. Según explica Letizia Monico, del Instituto de Ciencia Molecular y Tecnología de Perugia, «el amarillo brillante a base de cromo tiene azufre mezclado, y es susceptible a la degradación química cuando se expone a la luz, lo que conduce a un oscurecimiento del pigmento. Hay diferentes matices del pigmento, y no todos ellos son fotoquímicamente estables en el tiempo». Esto sugiere que, probablemente, los girasoles fuesen muy distintos antaño a lo que observamos hoy al observar la pintura del genio neerlandés.

Fuente: desy.de


Redacción QUO