Y fue, además, el primer hombre de color que ocupó un cargo de poder en Europa. Se llamaba Abraham Petrovich Anibal y era un niño
etíope llevado como esclavo a la corte del zar Pedro I el Grande. El monarca le tomó cariño y le educó como a un hijo. De adulto, Anibal ganó su libertad y llegó a ser gobernador de Tallin. Tuvo diez hijos, y una de sus descendientes fue la abuela del gran poeta Pushkin.
Redacción QUO