En 1788, el Diccionario de las Nobles Artes recogía por primera vez el término hormigón: “Argamasa compuesta de piedras menudas, piel y betún, que dura infinito”. Mezclas parecidas se usaban desde hace 7.500 años, pero tal y como lo conocemos hoy lo inventó en 1867 un jardinero, Joseph Monier. Fabricando macetas descubrió las ventajas de mezclar hierro y cemento, una combinación de una fortaleza desconocida. El cemento envolvía al hierro como la musculatura al esqueleto.
Redacción QUO