Estamos acostumbrados a ver en nuestra sociedad a personas que no están nada contentas con el reparto genético que les ha tocado. Desde gente que no se siente cómoda con su peso, altura o color de cabello hasta otros que les gustaría cambiar de sexo, de etnia e incluso de especie. Sí, de especie.

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Sabemos que, gracias a la evolución de la medicina, la mayoría de exigencias de personas que no se sienten cómodas en su propia piel tiene distintas soluciones que se resuelven con psicología, quirófano y distintos tratamientos. Pero, por suerte o por desgracia, los médicos no saben cómo transformar a una persona en perro, jirafa o elefante. Y, en mi humilde opinión, me atrevería a decir que menos mal.

En algunos casos la cosa es seria. Que un ser humano sienta que su especie es otra ubicada en el reino animal, se considera un síndrome psiquiátrico bautizado bajo el nombre de licantropía, que viene a ser el delirio de creerse un animal o que la persona piense que puede transformarse en uno a voluntad. En otros casos, como el de Nano, una no sabe qué pensar.

NRK P3 Verdens Rikeste Land, expertos en entrevistas a personas inusuales envió a su intrépida reportera Silje E El para conocer en profundidad el día a día de esta chica de 20 años que está completamente convencida de que es un gato. Nano prefiere hablar en maullidos, andar a cuatro patas y silbar a los perros que se encuentra en su camino como mecanismo de defensa. Además, su indumentaria diaria dispone de orejas de gato y de rabo con el fin de sentirse más felina.

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Nano trata de explicar a la periodista cómo funciona su psique: «estoy convencida de que he nacido en la especie equivocada: no me gusta el agua, ni los perros… es obvio que soy un gato«.

Uno podría decantarse por creer la historia de Nano y pensar que ser un síndrome de licantropía clínica. Pero medios como el Huffington Post han lanzado una sombra de duda sobre su historia. Una acusación que la reportera del artículo no tardó en intentar desmentir:

¿Fake o realidad? Aquí tienes el vídeo de la entrevista para poder analizarlo con tus propios ojos:

[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=YWeBunPiIzo[/youtube]

En cualquier caso, sí existen personas que padecen la licantropía. En 1990, Aaron Kulick, psiquiatra de la Universidad de Harvard, presentó el caso de un hombre que, al igual que Nano, se creía un gato. Ocho años después, su colega de Harvard Paul Keck publicó otro libro en el que presentaba más casos sobre este síndrome psiquiátrico. En concreto, dos creían ser un minino, seis un perro, tres pensaban que se convertían en lobo y había incluso uno que roía como un jerbo.

Fuentes:

neatorama.com | huffingtonpost.com |

Redacción QUO