El 14 de octubre de 1492 un español llamado Cristobal Colón atisbaba desde su barco la belleza de las Bahamas por primera vez. Él no pensaba entonces en bronceadores, motos de agua o mojitos y daikiris de fresa. A pesar de que muchos historiadores no le describen como un tipo muy avispado, Colón se dio cuenta rápidamente que estaba ante un momento único. Uno de los momentos fundamentales de la historia universal, ya que suponía el encuentro de dos mundos que habían crecido por separado y sin ser conscientes de que tenían vecinos al ‘otro lado del charco’.
El hecho, que cambió el rumbo de nuestra historia, quedó registrado en multitud de cartas, libros y documentos. El más importante de todos ellos es, sin duda, la carta que Cristobal Colón escribió a los Reyes Católicos para anunciarles el descubrimiento de América, cuyo robo había sido denunciado en 2010 por la Biblioteca Nacional de Roma. Se trata de un documento en latín impreso en Roma en el año 1493 por el tipógrafo Stephan Plannck. La carta fue sustraída de la biblioteca Ricardiana (Florencia), lugar que la albergaría hasta los años 50. Allí fue donde alguien ingenioso se las arregló para dar el cambiazo por otra falsa y llevarse el original en el bolsillo.
Se trata de una traducción en latín que el tipógrafo alemán distribuyó. No obstante, tienen un gran valor histórico y, por lo que se sabe, fue el propio Colón quien ordenó imprimir dichos ejemplares con el fin de defender y proteger sus intereses personales.
La carta, que formaba parte de una colección con 42 incunables, tiene un valor actual de un millón de euros. Se sabe que en 1990 apareció en Suiza y que estuvo allí hasta 1992, momento en el que fue vendida a un fondo privado por una casa de subastas. No sería hasta doce años después cuando se volvería a encontrar alguna clase de pista sobre su paradero. Saltaron las alarmas porque alguien la donó a la Biblioteca del Congreso de Washington.
Aunque doce años tarde, fueron precisamente los americanos quienes se pusieron en contacto con los carabineros del núcleo Tutela del patrimonio cultural para informarles de que podrían tener en su poder la presunta carta robada medio siglo atrás que databa de 1493. Por suerte, esta llamada dio lugar a una investigación que se ha alargado durante cuatro años y en las que han trabajado investigadores italianos y americanos conjuntamente. La historia ha tenido un final feliz, ya que los americanos han devuelto a Italia el valioso documento para que vuelva a ser expuesto en la Biblioteca Nacional de Roma.
Fuente: livescience.com
Redacción QUO