Ha sido la ciencia quien se ha encargado de hacerlo, pero no dentro de la chistera, sino en nuestras mentes. Un equipo de psicólogos ha dado un paso más allá al estudiar si los magos pueden hacernos ver cosas que no están.
Reclutaron a 420 voluntarios, a los que hicieron ver cinco vídeos de trucos de magia. Después les pidieron que describieran lo que habían visto, así como evaluarlo como sorprendente, mágico o imposible. Había ‘truco’, por supuesto. El tercer vídeo no mostraba ningún truco de magia y en el quinto el mago efectuaba un gesto de hacer desaparecer algo que no existía. Para asegurarse de que no hubiera error, dividieron a los voluntarios en cinco grupos donde percibieron objetos diferentes: una moneda, una pelota, una ficha de póquer, un pañuelo de seda y un lápiz de color.
El 32% de los encuestados aseguró haber visto algo en el quinto vídeo, dándole altas puntuaciones. Las más altas las recibieron por parte de personas que ‘podían describir’ lo que habían visto. Como contrapartida, un 11% sostuvo que no había observado nada y dio la peor evaluación.
“La ciencia de la magia es un área fascinante”, opina Tompkins. Él relaciona los resultados del estudio con nuestras espectativas, capaces de producir efectos más poderosos que una varita mágica y de superar a nuestra experiencia sensorial.
Una trayectoria de psicología y magia
En el momento en el que le damos al truco el beneficio de la duda, lo damos por bueno. “La ciencia de la magia juega un papel fundamental en el desarrollo de la Psicología Experimental: sus padres fundadores estaban interesados en comprender cómo los magos modificaban nuestras percepciones”, contextualiza Matthew Tompkins, líder del estudio.
La magia no ha suscitado un verdadero interés por parte del mundo investigador hasta hace poco. El estudio de la anulación del horizonte perceptivo es bastante reciente, ya que va parejo al desarrollo de la neurociencia. Cómo una mano consigue desviar la atención de un individuo sobre un objeto es un fenómeno que implica nuestro horizonte perceptivo, que se ve anulado por un estímulo externo. El sistema nervioso posee una serie de mecanismos que sirven para compensar las limitaciones que nos vienen dadas por naturaleza. Uno de los fenómenos más estudiados han sido las ilusiones visuales, que explican cómo nuestra mente es capaz de crear estrategias.
Un equipo de investigadores canadienses analizó en 2008 la trayectoria de los trucos de magia a lo largo de la historia. Descubrieron en ellos una manera de revelar cómo pensamos, vemos y actuamos. Establecieron tres áreas principales de investigación: la distracción, la ilusión y el forzamiento.
«Queríamos ir más allá y ver si las técnicas de los magos podían emplearse para la percepción errónea de objetos ‘fantasma’, es decir, si podría hacernos ver algo que nunca estuvo allí”, explica Tompkins.
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Redacción QUO
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