¿Creías que Stewie Griffin era un pequeño villano con capacidades de un adulto que solo podía existir en la ficción? Pues en algunos aspectos, su carácter no se aleja tanto de la realidad. Una nueva investigación realizada por psicólogos de la Universidad Ludwig-Maximilians (Múnich), publicada recientemente en la revista especializada Developmental Psychology, (titulada con cierta sorna Es el momento de recuperar la inversión), asegura que si contraes una deuda con un niño en edad preescolar más vale que la saldes, ya que él nunca se olvidará de ella.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores contaron con más de 40 niños de tres a cinco años. Les invitaron a jugar a un juego con dos animales de juguete y unas pegatinas. Se les pidió que asignaran un número desigual de estas pegatinas a dichos animales de tal forma que uno tuviese más que otro. Después, los animales fueron rodeados por juguetes. En ese momento, los niños tenían que «pedir» a uno de los animales parte de sus juguetes, que incluían globos, canicas y dibujos para colorear.
Fue entonces cuando los investigadores se percataron que existía una clara tendencia de los niños en edad preescolar de pedir los recursos al animal que consideraban que había contraído una mayor deuda con ellos, es decir, que anteriormente le habían asignado un mayor número de juguetes. Eso implica pensar que no daban de más de una forma completamente altruista, ya que también esperaban más de aquellos a los que en un principio habían beneficiado.
Según explica Markus Paulus, investigador principal, «incluso los niños pequeños parecen ser conscientes de que existe un capital social y emocional que se acumula en sus relaciones con los demás y hacen uso estratégico de este conocimiento. La reciprocidad es un elemento muy importante en nuestras relaciones sociales y es esencial para nuestra estabilidad como sociedad. El estudio demuestra, por primera vez, que los niños pequeños ya generan expectativas en cuanto a sus actos de generosidad».
Fuente: iflscience.com
Redacción QUO