Nadie sabe exactamente cómo llegó la cabeza de esta momia a los sótanos de la Universidad de Melbourne. Poco se conoce de su historia. Pero tras la reconstrucción de su rostro, son muchos los investigadores que quieren dar respuesta a esta pregunta.
Gracias a escaneos por tomografía computarizada y a más de 140 horas de trabajo en impresiones 3D, varios expertos en investigación médica y forense han realizado la reconstrucción facial de una bella mujer que vivió hace 2000 años en el Antiguo Egipto. Apodada por los científicos como Meritamún (la amada del dios Amón), la joven tendría entre 18 y 25 años cuando murió. Según los investigadores, sufrió anemia y también abscesos dentales y caries durante su vida. Este último punto hace pensar a los investigadores que Meritamún podría haber vivido alrededor del 331 a.C., momento en el que el azúcar fue introducido en Egipto gracias a las victorias de Alejandro Magno. Existe otra teoría al respecto, y es que la caries fuese causada a consecuencia del consumo de miel, lo que podría ubicar a la joven entre el 1500 y el 2000 a.C.
El uso del dulce fluido que proporcionan las abejas está ampliamente documentado en los papiros hallados. Usaban la miel para multitud de cosas, como curar llagas, quemaduras, cortes e incluso se atrevían con las cataratas. También era usado en cosmética. Teniendo en cuenta el problema dental de la joven, no es extraño pensar que su tratamiento fue con miel, razón que le podría haber conducido a una caries irremediable.
Según explicó Varsha Pilbrow, antropóloga y bióloga de la Universidad de Melbourne: «Queríamos recuperar esta reliquia y devolverla a la vida a través de la tecnología que tenemos. La reconstrucción da muchísimo más valor a la momia en exposición, además de permitir a los estudiantes aprender a diagnosticar ciertas patologías que definen nuestra anatomía o a detectar de qué forma afecta el ambiente en el que se vive a las poblaciones».
La momia original está tumbada en una camilla en el interior de los archivos del Museo Harry Brookes de Anatomía y Patología. En estos momentos está cubierta de vendajes, oscurecidos a consecuencia de los fluidos de embalsamamiento y del aceite.
La reconstrucción del rostro de Meritamún solo ha sido un primer paso. Ahora, los científicos quieren conocer su dieta y, a través de datación por radiocarbono, averiguar en qué época vivió en realidad la joven. Según la doctora Janet Davey, responsable de realizar el escaneo por tomografía computarizada, «al reconstruirla le estamos devolviendo su identidad. A cambio, ella nos da una maravillosa oportunidad de investigar y ampliar los límites del conocimiento y la tecnología tan lejos como podamos».
Fuente: University of Melbourne
Redacción QUO
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