Son tan flexibles que pueden aumentar su longitud hasta una vez y media. Los estiramientos suaves pueden ser beneficiosos, pero cuando son demasiado agresivos el tejido se inflama y duele; es la señal que indica que los estás estirando con demasiado ímpetu. Por otra parte, los músculos no son las únicas piezas del cuerpo de las que depende la flexibilidad. Los tendones también son importantes, y mucho más delicados: pueden sufrir daños permanentes con solo estirarlos más del 4 por ciento de su tamaño en reposo.
Andrés Masa Negreira