Una de las películas más esperadas este año por todos los amantes de la fantasía y ciencia ficción es, sin duda, Ghost in the shell: El alma de la máquina, protagonizada por Scarlett Johansson, y que es la adaptación en imagen real del cómic japonés del mismo título, y que se estrena finalmente el 31 de marzo. Creado por Masamune Shirow en 1995, es junto con Akira uno de los mangas más famosos que existen, y se centra en las aventuras de Motoko Kusanagi, una mujer policía de Tokio con una particularidad muy especial: es una cyborg.
[image id=»87839″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Aunque aún está muy lejos el momento en que existan (si es que llegan a existir alguna vez) cyborgs tan complejos y elaborados como Kusanagi, lo cierto es que los humanos mejorados gracias a la tecnología ya son una realidad
Técnicamente, un cyborg sería una criatura compuesta de elementos orgánicos y dispositivos cibernéticos, con intención de mejorar su funciones gracias a la tecnología. En el ámbito médico se distinguen, por tanto, dos clases de cyborgs, los de restauración y los de mejora. En la primera categoría se encontrarían por tanto las prótesis y los órganos artificiales que se utilizan para reponer aquellos naturales que se han perdido o han resultado dañados.
Pero la categoría que más se asemeja a lo relatado en el manga, sería la de mejora, es decir la de aquellas personas que recurren a implantes tecnológicos llevados, en lugar de por motivos sanitarios, por el deseo de mejorar sus capacidades. Un buen ejemplo de ello podría ser Neil Harbisson, un artista británico que se ha convertido en la primera persona reconocida legalmente como cyborg. Neil se implantó una antena en la cabeza que le permite recibir directamente llamadas de teléfono en su cerebro, o escuchar música en su cabeza.
[image id=»87840″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Y no es el único caso. En España tenemos a Moon Ribas, una bailarina que se insertó en el codo un dispositivo de software que le permite sentir en su propio cuerpo cualquier terremoto que supere el 1 en la escala de Richter. De hecho, hay días en que experimenta veinte veces esa sensación.
En este sentido ha surgido un movimiento, el transhumanismo que, aunque nacido en la década de 1920, ha alcanzando su mayor popularidad en tiempos actuales. Sus seguidores plantean la necesidad de superar lo que siempre hemos considerado como “humano” a través del uso de la tecnología. De esta manera, creando cyborgs, se persigue el perfeccionamiento de nuestras facultades y habilidades para empujar a nuestra especie a un nuevo lugar en la escala evolutiva.
¿Legaremos al mundo de Ghost in the shell? De momento queda un larguísimo camino por recorrer.
Vicente Fernández López