A todos nos ha ocurrido alguna vez. Dejamos las llaves o cualquier otro objeto en algún rincón de casa y, a los cinco minutos, ya no somos capaces de encontrarlo. Pero, ¿por qué resulta tan difícil? Un estudio realizado por la Universidad de Aberdeen parece haber encontrado algunas de las causas.
Y todo podría reducirse a una cuestión de mala estrategia. Según los autores del estudio, en toda casa hay sitios más despejados y ordenados que otros. Una sencilla inspección visual debería servir para cerciorarnos de que, en los primeros, no está lo que buscamos y, por tanto, deberíamos centrarnos en esos rincones más desordenados.
Pero el estudio demostró que sucedía lo contrario. Los voluntarios que participaron perdían demasiado tiempo revisando esas zonas despejadas en las que, si estuviera el objeto buscado, debería aparecer casi al primer vistazo. Y la causa de lo hicieran tan mal se debía a un motivo que es susceptible de ser corregido. Y son los nervios y el estrés que provocan pensar que hemos perdido algo.
Y los nervios son los culpables de que los humanos seamos bastante poco eficaces a la hora de hacer que los movimientos de nuestros ojos sean más productivos. Según los investigadores, la mayoría de los voluntarios tendían a no centrar su mirada en un único punto, lo que les obligaba a realizar una media de siete movimientos oculares, antes de decidir si el objeto estaba o no allí. Mientras que a unos pocos, mucho más eficaces, les bastaba con solo dos.
Las conclusiones parecen evidentes pero, a un nivel más profundo, proporcionan una posible evidencia de que nuestra capacidad visual par ala búsqueda aún está lejos de ser perfecta.
Vicente Fernández López