Este fin de semana se estrena en los cines españoles la nueva entrega de la saga moderna de El planeta de los simios. Prácticamente, es difícil encontrar a alguien que no haya visto la película original de 1968, dirigida por Franklin J. Schaffner, y protagonizada por Charlton Heston. Pero, seguramente, muy poca gente sepa que inicialmente la película iba a ser muy distinta de como como la conocemos. De hecho, iba a ser una comedia.
La novela de Pierre Boulle en la que se basa, mostraba a la sociedad de los simios como una versión en clave primate de la nuestra. Es decir, los monos iban vestidos con traje y corbata, conducían coches… Eso en la novela funcionaba muy bien pero, cuando comenzaron a realizar las primeras pruebas de vestuario, se dieron cuenta de que el efecto era totalmente cómico, y que nadie iba a tomarse en serio una película semejante. Por ese motivo, contrataron a Blake Edwards (el director de filmes como La pantera rosa y El guateque) para que convirtiera la película en una sátira desternillante.
El filma era una producción de Warner Bros pero, subrepticiamente, los derechos fueron vendidos a la Fox, y los ejecutivos de la nueva compañía decidieron entonces darle un giro radical al proyecto. Propusieron prescindir de Edwards y de la ambientación «humana» de la novela, y darle ese look más agresivo (casi medieval) que caracteriza a la película.
Curiosamente, a la hora de crear la ciudad en la que viven los simios, los responsables del diseño se fijaron en la arquitectura de Gaudí, aunque finalmente la huella del arquitecto catalán solo se plasmó en algunos pequeños detalles. De hecho, la ciudad finalmente acabó luciendo un look muy similar al de las estructuras de piedra de la región de Capadocia, en Turquía.
[image id=»90879″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Hay que recordar también que Edwarg G. Robinson fue el actor inicialmente previsto para interpretar al doctor Zaius. Existen varias imágenes de las pruebas de maquillaje que realizó. Pero, desafortunadamente, la salud del gran actor era muy delicada, y la máscara y las prótesis que tenía que utilizar le causaban unos sofocos muy fuertes, lo que le obligó a rechazar el papel.
[image id=»90880″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Con todo, Robinson llegaría a coincidir con Charlton Heston unos años después en el reparto de otro clásico legendario de la ciencia ficción, Soylent green: Cuando el destino nos alcance.
Vicente Fernández López