«Haz el amor y no la guerra», era uno de los lemas de los hippies que se oponían a la guerra de Vietnam. Pero el Pentágono también quiere que sus hombres (en servicio o en la reserva) hagan mucho el amor. Y prueba de ello es que, según datos publicados por la revista Military Times, las autoridades militares gastan una media de 84 millones de dólares anuales en viagra. De hecho, se calcula que desde 2011 se han gastado unos 300 millones de dólares en dicho medicamento.
Pero, ¿por qué compra el Pentágono tantos medicamentos contra la disfunción eréctil? Pues, sencillamente, para mejorar la vida sexual de los veteranos de guerra. Se calcula que el sistema de salud del ejército estadounidense da cobertura unos diez millones de personas y, según un estudio realizado en 2014 por el Armed Forces Health Surveillance Branch, se detectaron más de 100.000 casos de disfunción eréctil entre miembros de las fuerzas armadas en servicio.
El 10% de esos 84 millones de dólares invertidos en viagra, serían para tratar los problemas de erección de esos soldados que todavía están en activo. Pero el grueso de la partida va destinado a los que ya están retirados de servicio, sea por cuestión de edad o por problemas de salud.
Se estima que el 85% de los veteranos de guerra que sufren de estrés postraumático, padecen también problemas de disfunción eréctil derivados de dicho síndrome. Y es a ellos a quienes va destinada la mayor parte de la partida de viagra adquirida cada año por el pentágono.
Vicente Fernández López