Si Waldemar Bonsels, autor de Las aventuras de la abeja Maya, levantase la cabeza hoy, se llevaría una inquietante y desagradable sorpresa (aunque por otro lado, teniendo en cuenta que era filonazi, no creo que le importase mucho a nadie). Como muchos sabréis, el libro de Bonsels fue adaptado a una popular serie infantil que ha sido imprescindible en la infancia de muchos niños. En 2013, Netflix estrenó una versión animada en 3D para que los nostálgicos y sus hijos puedan disfrutarla de nuevo.
El problema es que ahora, como podéis ver en la captura que insertamos a continuación, a la primera (y de momento única) temporada le falta el capítulo 35 (¿lo pondrían en este episodio porque termina en cinco?):
[image id=»92245″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]¿Qué ha pasado exactamente? Pues que una madre, naturalmente indignada, subió a Facebook una publicación en la que afirmaba que había descubierto un pene camuflado en uno de los capítulos de la entrañable abejita. El texto que acompañaba a la prueba gráfica decía, «por favor, sean conscientes de lo que están viendo sus hijos».
Como podéis ver en el vídeo, (que posteriormente la madre borró), el falo aparece dibujado en las sombras de una pared:
El equipo que animó la serie, Studio 100 Animation (París), aún no se ha pronunciado ni ha dado su versión sobre lo ocurrido, aunque imaginamos que alguien tiene sobre la mesa ya preparado el finiquito.
Vía | Mirror
Rafael Mingorance
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