Pues lo cierto es que sí, pero… ¿Crees que es duro adiestrar a un perro? Pues prueba a hacerlo con una abeja. Eso es lo que han hecho Scott Dobrin y Fahrbach Susan de la Universidad Wake Forest en Carolina del Norte. El equipo consiguió entrenar con éxito a un grupo de abejas para responder al estímulo de unas luces de colores que anunciaban una invitación a una dulce recompensa para este clado de insectos himenópteros.

Beee, beee…. mmmmm… sweet!!

La investigación de los biólogos de Carolina del Norte ha sido publicada en PLoS ONE, y destaca por su proceso experimental, una de las partes más interesantes de este trabajo. Para conseguir adiestrar a las abejas, los investigadores las inmovilizaron en el interior de una pajita usando dos alfileres a ambos lados del cuello para crear una estructura de tipo yugo. De esta forma, pudieron investigar el papel que juegan las antenas de las abejas para responder a los estímulos visuales.

Ya se sabía que cuando las antenas de las abejas se presentaban con algún tipo de solución dulce, estas extendían instintivamente su probóscide (una especie de larga lengua que tienen en su cabeza). Los investigadores las entrenaban con anterioridad para que estas extendieran su apéndice alargado ante el estímulo de ciertos olores, pero si estos podían ser entrenados de forma similar con tan solo el uso de señales visuales seguía siendo un tema de debate al que ponen fin esta pareja de científicos tras poner a la abeja ‘contra las cuerdas’ de una pajita de refresco.

Dobrin y Fahrbach, que querían resolver esta discrepancia entre los investigadores, han demostrado que las abejas podrían ser entrenadas para responder a tareas de aprendizaje visual, en contraste con los resultados de estudios anteriores que eran algo confusos y no concluyentes.

Redacción QUO