Las teorías conspiratorias nunca mueren. Mutan y se adaptan a los nuevos tiempos,y tienen una asombrosa capacidad para hacer sitio a cualquier otra que pueda aparecer. Pero, aunque gozan de muy buena salud, hay mucha gente que parece inmune a ellas y que nunca se las toma con seriedad. ¿Por qué?
Pues se debe a que los llamados conspiranoicos son personas que perciben la realidad de un modo diferente al resto, tal y como acaba de demostrar un estudio realizado por la University of Kent.
Los investigadores explican que todo se debe a la llamada percepción ilusoria de patrones. Nuestro cerebro tiende a tratar de establecer conexiones cuando encontramos una serie de patrones aleatorios. Y un ejemplo de ello es cuando creemos percibir formas reconocibles en una mancha.
Los autores del estudio realizaron un experimento con voluntarios a los que se les sometió a un test previo para conocer su predisposición a creer en determinadas teorías conspiratorias. Y, luego, se les pidió que trataran de identificar formas en figuras completamente aleatorias.
Y el resultado fue que aquellos que creían más en conspiración es eran también los que creían percibir con más facilidad que, por ejemplo, una nube tenía forma de dragón. Este hallazgo sugiere según los investigadores de Kent que el cerebro de los llamados conspiranoicos es más propenso a percibir conexiones dónde realmente no las hay.
Vicente Fernández López