Las teorías conspiratorias son cada vez más delirantes y absurdas. Y una buena prueba de ello es la más reciente de todas, que afirma que Stephen Hawking falleció realmente en 1985, y que ha sido reemplazado por un doble o por un animatronic. El padre de semejante idea es un personaje llamado Miles Mathis, bien conocido en internet por sus «investigaciones» relacionadas con misterios sin resolver.
Es bien sabido que el famoso científico enfermó en 1985 de una grave neumonía, y que manifestó su deseo de que dejaran de tratarle, para poner fin a sus días. Pero su primera esposa se negó a ello e hizo todo lo posible para que siguiera el tratamiento, salvándole así la vida. Y es aquí dónde arranca la hipótesis de Mathis.
Según Miles, Hawking realmente nunca se recuperó de aquella neumonía. Pero la NASA consideró que el científico era un personaje demasiado valioso como para dejarle morir así como así, y que podía seguir siéndoles muy valioso. Por eso, llegaron a un acuerdo con su familia y, en lugar de anunciar su fallecimiento, decidieron reemplazarle. Pero, ¿por quién?
Eso es algo para lo que el propio Miles Mathis no tiene respuesta, ya que podría tratarse de un actor o incluso de un robot (nosotros nos inclinamos por la segunda opción). Pero, sea como sea, el «investigador» explica que a partir de aquel episodio fue cuando Hawking comenzó a utilizar el complejo sistema tecnológico que le permite reproducir su voz. Lo que en realidad sirve a los técnicos de la NASA para hablar por su boca sin que se les descubra.
Pero el hecho de que Stephen Hawking esté realmente muerto tiene más implicaciones. Entre ellas el hecho de que su obra más famosa, Breve historia del tiempo, publicada en 1988, en realidad no sería suya, sino de algún investigador anónimo de la agencia espacial (fíjense, escribir algo así para que lo firme y se lleve la gloria otro, que además está muerto).
Mathis ha estudiado cientos de vídeos del científico, y afirma que ha descubierto diferencias en el cuerpo y el rostro del científico entre las imágenes anteriores y posteriores a 1985 que, según él, no pueden explicarse únicamente por la evolución de su enfermedad. Además, el hecho de que haya sobrevivido tanto tiempo con una enfermedad degenerativa como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), sería otra prueba a favor de su teoría.
A nosotros nos gustaría saber que piensa el propio Hawking de esta idea.
Vicente Fernández López