Lo primero, para quienes les haya surgido la duda, el skeleton es un deporte de invierno dentro de las modalidades de descenso en trineo, junto al bobsleigh o luge. Es una especie de trineo sencillo en el que el deportista baja a toda velocidad por una pista helada llena de curvas. Lo importante es conseguir una postura lo más aerodinámica posible para lograr una menor resistencia al aire y ganar velocidad en la bajada, pudiendo llegar a los 120 o 140 km/h.
Pero, ¿qué sucedería si se pudiera conseguir aumentar aún más esa velocidad para conseguir arañar décimas de segundo a los adversarios? Es lo que pretende el equipo de Gran Bretaña que ya mostró muy buenos resultados en las primeras prácticas de esta semana y que se han hecho ya con su primera medalla de bronce, que ha ido a parar a Dom Parsons.
El pasado lunes, The Guardian sacó a relucir alta tecnología que se había incluido en estos nuevos trajes que se adhieren completamente a la piel del deportista. Aseguraban que su efectividad se debía a una nueva “tecnología” que consiste en unas crestas especiales, resistentes a la fricción, que crean una especie de “efecto turbulencia” en el traje reduciendo la cantidad de resistencia al viento que choca contra el cuerpo. Con ello, ganan velocidad.
Esto ha generado controversia entre el resto de deportistas quienes ya han cuestionado si “esas crestas” de las que hablan son aptas para la competición, ya que las normas impiden cualquier elemento añadido al traje que pueda aumentar el efecto aerodinámico. La Federación deportiva ha tenido que desmentir que esto fuera así. Apuntan que han analizado los trajes y consideran que no existe nada que vulnerara la ley. Por lo tanto, no se habían incumplido las normas de ninguna manera, de ahí que hayan podido competir sin problemas. Muchos creen que se trata de una maniobra de despiste y de desconcentración para minar la mente de los otros competidores. Pero qué son los Juegos Olímpicos si no tenemos un poco de controversia para discutir.
En los próximos días veremos qué ocurre con el equipo femenino, donde también existen posibilidades de conseguir un metal.
Alberto Pascual García