En mayor o menor medida, a todos nos preocupa nuestra reputación y lo que los demás piensan de nosotros. Por eso, tratamos de cuidar la imagen que ofrecemos al mundo. Pero, ¿en qué momento de la vida comenzamos a ser conscientes de lo que es la reputación, y de la importancia que tiene en las relaciones sociales? Hasta la fecha se pensaba que era en torno a los nueve años, pero un estudio realizado por las universidades de Pensilvania y Chicago, revela que es incluso antes: a los cinco años de edad.
Los experimentos realizados por los investigadores pusieron de manifiesto que los niños de esa edad ya muestran sus intenciones de agradar a las personas que admiran y respetan, y que tienen conductas más generosas y positivas con otros niños cuando saben que un adulto les está observando. Y también cuando se relacionan con otros críos que forman parte de su entorno habitual; algo que no hacían cuando sabían que a esos otros niños no los iban a volver a ver.
En un último experimento, los autores del estudio les dijero a cada uno de los niños de un colegio, que sus compañeros y sus profesores les tenían en muy alta estima. Luego, cuando les dieron la oportundiad de hacer una pequeña trampa que les podía proporcionar un beneficio, los pequeños se mostraron reacios. En cambio, otro grupo de niños a los que no les habían dicho nada, si fueron partidarios de llevar a cabo esa conducta tramposa.
Según los investigadores, los datos obtenidos ponen de manifiesto que, desde una edad muy temprana, ya empezamos a ser conscientes de la importancia de cuidar la imagen personal, y de las consecuencias que puede acarrear tener una buena o mala reputación.
Fuente: SINC.
Vicente Fernández López