Se estrena en los cines españoles 7 días en Entebbe, película que recrea el secuestro de un avión de Air France. Y la posterior operación de rescate llevada a cabo por tropas especiales israelíes, ha sido clasificada por William McRaven, jefe del grupo de los Navy Seals que acabó con la vida de Osama Bin Laden, como la mejor operación de comandos de la historia.
Todo comenzó el 27 de junio de 1976, cuando cuatro terroristas, dos de ellos palestinos y otros dos alemanes, secuestraron un avión de Air France que volaba de Atenas a parís con 205 pasajeros, 105 de ellos judíos. Los secuestradores desviaron el avión, primero a Libia y, finalmente a Uganda, donde recibieron cobijo por parte del gobierno de Idi Amin.
Los terroristas liberaron a la tripulación y a todos los pasajeros no judíos, y exigieron a cambio de la vida del resto la liberación de 40 palestinos que cumplían condena en cárceles israelíes. Dieron de plazo hasta el 1 de julio, fecha en la que si no se atendía a sus peticiones, comenzarían a asesinar a los rehenes. Los negociadores israelíes consiguieron un aplazamiento hasta el 7 de julio, algo que contó con el visto bueno de Idi Ami, ya que le permitiría asistir a una cumbre de países africanos en Isla Mauricio.
Pero todo era una treta de los servicios secretos israelíes. Fue así como se puso en marcha la llamada Operación Trueno. El mismo día en que Idi Amin partía hacia la cumbre, el 4 de julio, un comando israelí embarcó en un avión de transporte similar al que usaba el líder ugandés. El jefe del operativo era Jonathan Netanyahu, hermano del actual primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.
A bordo del avión transportaban un Rolls-Royce idéntico al que usaba Idi Amin. La idea era hacer creer a las tropas ugandesas y a los terroristas que el líder africano regresaba en plena noche por algún imprevisto. En un primer momento, la estratagema tuvo éxito, y el avión aterrizó en el aeropuerto de Entebbe sin problemas. Cuando el rolls salió de la bodega, uno de los comandos que iba escondido en su interior, eliminó a los soldados ugandeses que hacían guardia en la pista, usando un arma con silenciador. Pero el fusil de uno de ellos se disparó accidentalmente al caer al suelo.
Aquello provocó la alarma entre las tropas ugandesas destinadas en el aeropuerto. Por eso, perdido el factor sorpresa, los comandos israelíes salieron de la bodega del avión y avanzaron por la pista disparando, en dirección hacia las instalaciones dónde estaban confinados los rehenes.
Los ugandeses reaccionaron con un intenso fuego, y con tan buena fortuna, que uno de los primeros disparos acabó con la vida del jefe del operativo de asalto, Jonathan Netanyahu. Pero esa muerte no impidió que los comandos israelíes siguieran adelante. Y en un corto espacio de tiempo acabaron con 45 soldados ugandeses, con los cuatro terroristas, y destruyeron varios aviones MIG que había en las instalaciones para impedir que pudieran perseguirles. También murieron tres de los rehenes a causa de balas perdidas.
El resto fueron trasladados ilesos a Israel. Aquí podéis ver cómo fue la operación en una magnífica infografía que hemos realizado.
Vicente Fernández López