El primer partido se disputó en marzo de 1875, en Montreal (Canadá), y también fue el primer encuentro organizado de la historia. Para evitar dañar al público que fue a disfrutar de la competición y las instalaciones, prestadas por un club de patinaje, se empleó un disco de madera. Los cristales del edificio quedaron intactos, pero no así el público: los miembros del club de patinaje no querían que los jugadores usaran su hielo, pues lo estropeaban y les quitaban tiempo de entrenamiento, y mostraron su disconformidad en lo que fue la primera gran pelea del nuevo deporte.
Redacción QUO