Los nativos de Nueva Guinea suelen fabricar sus cuchillos, y las puntas de lanzas y flechas con los huesos de un tipo de ave llamada casuarius. Pero, en tiempos pasados, también empleaban para esta tarea huesos humanos extraídos de los cadáveres de sus enemigos muertos en combate.
Ahora, un estudio realizado por investigadores del Dartmouth College, en New Hampshire, ha intentado averiguar cuales son las más resistentes. Para ello han analizado once armas fabricadas con huesos humanos y de aves que se exhiben en un museo local en Papúa.
Y el veredicto ha sido que los hueos del casuarius son más planos y menos curvos que los de los humanos, lo que provoca que las armas fabricadas con ellos sean menos resistentes y más fáciles de romper.
Fuente: LiveScience.
Vicente Fernández López