Ricardo III fue inmortalizado en una obra de Shakespeare, y ha pasado a la historia como uno de los monarcas más nefastos y sanguinarios de la historia británica. Tras la muerte del rey Eduardo IV, subió al torno su primogénito de doce años con el nombre de Eduardo V. Pero, al cabo de dos meses, fue destituído por su tío, Ricardo III, que mandó encerrar al joven soberano y a su hermano menor en la Torre de Londres.
Nadie volvió a ver nunca más a los dos hermanos, que pasaron a ser conocidos como «los príncipes de la Torre». Según la tradición, y también según la obra de Shakespeare, Ricardo mandó asesinar a los dos niños. Y sus restos mortales se supone que descansan actualmente en una urna de cristal en la Abadía de Westminster.
Pero, años después de la muerte de Ricardo, apareció en Inglaterra un personaje que afirmaba ser el menor de los dos hermanos. Nunca se supo si se trataba de un impostor o no. Pero si hubiera sido realmente uno de los dos príncipes, podría significar que Ricardo III no cometió el doble infanticidio que siempre se le ha atribuído.
Y, ahora, el misterio podría estar a punto de resolverse. Investigadores de la Universidad de Essex, han tomado muestras del ADN de la cantante de ópera Elizabeth Roberts, a quien han identificado como descendiende de la abuela de los dos príncipes. El propósito es compar la muestra genética con las que se obtengan de los restos que se conservan en Westminster. Si coinciden, significará que realmente se trata de los dos príncipes, lo que supondría que efectivamente Ricardo III mandó asesinarlos. Pero si no es así, significaría que los restos pertenecen a otros dos niños desconocidos, y que los jóvenes príncipes pudieron sobrevivir a su cautiverio en la Torre de Londres.
Fuente.: LiveScience.
Vicente Fernández López