La historia parece sacada de una novela de misterio. El Dmitrii Donskoi era un buque de combate que pertenecía a la Flota Báltica del Imperio Ruso desde 1883. Tras la declaración de guerra de Japón a la potencia zarista en 1904, estalló un sangriento conflicto entre los dos países por establecer su hegemonía sobre Extremo Oriente: la guerra ruso-japonesa (1904-1905). Durante un desigual encuentro entre japoneses y rusos en el estrecho de Corea, los tripulantes del Donskoi decidieron hundir su propia nave y entregarse a los enemigos. Los rumores apuntan a que lo hicieron para que los japoneses no descubriesen el tesoro que llevaban oculto. ¿Verdad o mito?
113 años después, una compañía surcoreana, Shinil Group, ha encontrado el barco en aguas del Mar del Este, a kilómetro y medio de la isla de Ulleung y a 434 kilómetros de profundidad. Y afirman que dentro han hallado un insólito secreto: el mítico tesoro del Donskoi, cuyo valor ascendería a 132 mil millones de dólares.
Shinil ha declarado en un comunicado lo siguiente: «El cuerpo del barco estaba gravemente dañado debido a un bombardeo, con la popa destruida, aunque tanto la cubierta como los flancos estaban bien preservados. Dentro detectamos lo que parecían cofres de tesoro, aunque aún no los hemos abierto. Lo haremos dentro de poco». Poco después, la compañía originaria de Seúl dijo que entre el 25 y el 26 de julio darían una conferencia de prensa donde se revelarán «cosas que sorprenderán al mundo».
Los rumores apuntan a que el buque ruso contenía 200 toneladas de lingotes de oro, pero varios expertos han puesto en duda estos datos y los han tachado de leyenda. Medios de comunicación surcoreanos, entre ellos The Korean Times, sostienen que la noticia podría ser una técnica de marketing para vender criptomoneda. Algunas compañías relacionadas con el descubrimiento han disparado su valor en bolsa en los últimos días.
El Servicio Financiero Superior coreano ha recomendado andarse con cuidado, pues no es la primera vez que los inversores pierden dinero ante un descubrimiento marítimo de estas características. Citan un caso similar donde una compañía había descubierto un tesoro y, al final, todo era un fraude que le costó la quiebra a la empresa y pérdidas masivas a sus inversores.
Ya en el año 2000 la constructora industrial surcoreana Dong-Ah anunció que había descubierto el Donskoi. La noticia fue un boom informativo, las acciones de Dong-Ah se dispararon un 70% y hay quien dijo que el valor del hallazgo podría saldar la deuda de Corea del Sur con el FMI. Al final todo resultó ser un fraude para inflar el valor empresarial de Dong-Ah. La noticia, sin embargo, avivió los rumores: ¿tenía en navío ruso el mayor tesoro de la historia naval? ¿Eran los cofres de oro el dinero del zar para financiar la guerra?
El entonces responsable del Centro del Museo Naval de San Petersburgo, Sergei Klimovsky, afirmó que era imposible que el navío llevase oro y que no había una sola evidencia científica o histórica que confirmase esa idea. El mismo año, el diario The New York Times puso también en duda los rumores, alegando que 14.000 toneladas métricas de oro era un peso imposible para un navío de 6.000 toneladas.
En caso de que el descubrimiento fuera cierto, otro problema al que se enfrentaría Shinil tiene que ver con los derechos de propiedad del naufragio. El Ministerio de Economía Marítima y Pesca de Corea del Sur afirma que los investigadores podrían quedarse con el hallazgo si ceden al gobierno entre el 10% y el 20% del valor total de su contenido. Sin embargo, si el navío fue torpedeado o hundido por razones externas, Rusia podría reclamar el contenido al tratarse de patrimonio histórico del país.
La autenticidad de la historia se tambalea con fuerza desde las declaraciones del Instituto de Ciencia y Tecnología Oceánica de Corea (KIOST), quien dijo haber localizado el naufragio en 2003 y no haberlo rescatado al no tener valor alguno. Shinil sigue empeñada en que no se trata del mismo barco.
Redacción QUO