En 1979 se descubrieron en Perú las momias de dos chicas de nueve y dieciocho años, que murieron en torno al año 1400 de nuestra era. Todos los indicios apuntan a que fueron víctimas de un sacrificio ritual denominado capacocha. Pero, ahora, un nuevo estudio realizado por un equipo de la Universidad de Tarapacá, en Chile, ha descubierto algo insólito que anteriormente había pasado desapercibido.
Las lujosas ropas que se usaron para amortajar los cuerpos contienen abundantes cantidades de cinabrio. Se trata de un mineral compuesto por un 85% de mercurio y un 15% de azufre. Tiene un color rojizo y por eso se ha usado como pigmento en muchas pinturas rupestres. También se sabe que algunas culturas antiguas lo empleaban para pintar o maquillar los rostros de sus muertos.
Pero a los rostros de estas dos momias incas no se les aplicó ningún tipo de colorante. Por eso, y dado que el cinabrio tiene propiedades tóxicas, los investigadores piensan que se usó para que afectase a posibles ladrones de tumbas que, al inhalarlo, podrían haber sufrido una intoxicación por mercurio.
Respecto al capacocha, el ritual en el que fueron sacrificadas las dos jóvenes, se trata de un. tipo de sacrificio que los incas realizaban en tiempos de penurias (hambrunas, catástrofes naturales…). Las víctimas eran siempre niños y adolescentes, que eran elegidos por su belleza.
Fuente: ScienceAlert.
Vicente Fernández López