Probablemente, el mayor misterio de la historia reciente de la aviación es saber lo que sucedió con el vuelo 370 de Malaysia Airlines, que desapareció sin dejar rastro en 2014, cuando realizaba la ruta Kuala Lumpur-Beijing. Pero todos los datos sugieren que el aparato se estrelló en aguas del Océano Índico, dirección completamente opuesta a la de su destino.
Ahora, las autoridades malayas han presentado el informe oficial de la investigación, reconociendo que no saben qué le ocurrió al aparato. Aunque las investigaciones sí han aportado un dato trascendental y realmente enigmático. En el momento de su desaparición, el avión estaba siendo pilotado manualmente.
Los investigadores han concluido que la pérdida del avión no se debió a ningún fallo mecánico o técnico. Y que fue una persona la responsable de lo que le sucedió al aparato. Pero, ¿quién? Evidentemente, las primeras sospechas se han centrado sobre el piloto, Zaharie Ahmad Shah, y su copiloto, Fariq Abdul Hamid. Se sabe, por ejemplo, que el primero de ellos atravesaba por graves problemas personales. Así que la hipótesis de que alguno de ellos decidiera suicidarse estrellando el avión no puede descartarse.
Pero las autoridades no tienen muchos más indicios para inculpar a ninguno de ellos. Por ese motivo, tampoco puede descartarse que se tratara de un acto de terrorismo y que terceras personas se hubieran hecho con el control de los mandos de la aeronave. Pero, ¿quién o quiénes?
Los investigadores reconocen que con los indicios existentes actualmente es imposible saberlo. Lo único que parece seguro es que alguien condujo la nave intencionadamente hacia su enigmático y fatídico destino.
Fuente: ScienceAlert.
Vicente Fernández López