Según las sagas islandesas, fue Erik Thorvaldsson, más conocido como Erik el Rojo, quien fundó el primer asentamiento vikingo en Groenlandia a finales del siglo X. Estos guerreros, marinos y comerciantes vivieron plácidamente allí durante quinientos años. Pero en el siglo XV abandonaron el lugar, dejando sus villas y poblados desiertos. ¿Por qué?

Se ha especulado con muchos posibles motivos, aunque la auténtica causa ha sido un misterio hasta ahora. Pero un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oslo parece haber resuelto este enigma histórico. Y parece que todo fue debido a las morsas.

Tal y como explican los autores de la investigación, la economía de las poblaciones vikingas de Groenlandia dependía del comercio de marfil. Lo obtenían de los colmillos de las morsas, y lo vendían por toda Europa, donde era muy valorado, y se usaba para fabricar objetos de lujo y para engalanar catedrales.

Pero, tras siglos de caza, las poblaciones de morsas fueron diezmadas. Y las supervivientes de la caza masiva emigraron hacia lugares más seguros. A este hecho se sumaron otros factores, entre ellos la apertura de nuevas rutas comerciales que llevaban marfil africano a las naciones europeas, y la aparición de un período de clima frío (la llamada pequeña edad de hielo) que dificultó la navegación marina en el norte de Europa.

La suma de todos esos factores fue lo que obligó a los vikingos a abandonar sus asentamientos en Groenlandia.

Fuente: Telegraph.

Vicente Fernández López