Hoy no vamos a preocuparnos por la largura, la anchura o la forma que adquiere cuando llega a un punto en erección. Se trata de otra duda que, muy probablemente, los hombres no se han planteado nunca, pero que tiene su sentido: ¿a qué se debe su forma en “champiñón” en la zona del glande? La ciencia lo ha estudiado y parece que tiene que ver con la biología y la competencia que antiguamente existía con otros machos que querían procrear con una mujer.
Para hallar la respuesta nos remontamos a un estudio realizado por la Universidad Estatal de Nueva York en 2003, en el que un grupo de científicos descubrió que cuanta más forma de champiñón tiene un pene, mejor. Para poder probar esta teoría se sirvieron de un pene de látex, una vagina artificial y una mezcla de maíz con almidón que pudiera asemejar la consistencia que tiene el semen. Al hacer diferentes pruebas con diferentes formas de glandes, comprobaron que aquellos que eran más marcados, podían llegar a extraer hasta el 90% de la mezcla preparada anteriormente. Mientras que cuando entre el glande y el tronco del pene no existía una diferencia de forma (el surco balano-prepucial no estaba tan marcado), la cantidad de mezcla que se lograba extraer con un empuje era de un 35%.
También importa esta forma para poder «limpiar» los posibles restos de semen que pudiera haber dentro de la vagina de la mujer con la que el hombre fuera a copular. Cuando se realizó el estudio, solo hizo falta meter el pene de látex un 75% para poder retirar al menos un 40% de la mezcla introducida dentro de la vagina artificial. Por lo tanto, la forma más o menos “achampiñonada” importa y podía suponer en el pasado un elemento que diferenciaría a quienes procrearan con más facilidad de quienes apenas conseguían dejar embarazada a una hembra.
El líder del estudio, el profesor Gordon Gallup, también se refirió entonces a que el empuje en el coito también era un punto importante de análisis. Hasta el punto de que los estudiantes que participaron en él reconocieron que el sexo con su pareja podía llegar a ser más enérgico si se sospechaba que la pareja podía ser infiel. Según Gallup, “lo que ocurre es de forma inconsciente se quiere purgar la vagina de la pareja”. Es decir, eliminar cualquier traza que pueda existir de la competición de otras parejas sexuales que pudieran dejar embarazada a la mujer.
Por lo tanto, se trata de toda una lucha por la paternidad.
Alberto Pascual García
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