En 2014 se descubrió la existencia de un género de insectos llamado Neotrogla, que vive en Brasil y que se caracteriza por tener los órganos sexuales invertidos. Ya que son las hembras las que poseen un órgano parecido al pene, con el que montaban a los machos para extraer el semen. Esta investigación fue galardonada con un premio igNobel.

Y, ahora, otro estudio realizado por un equipo de la Universidad de Hokkaido, ha estudio mejor el proceso por el que la evolución ha dotado a las hembras de esta especie con dicho órgano.

Los investigadores han analizado la formación de una cápsula que encierra el semen en el interior de la hembra llamada espermateca. En ella, almacena el esperma tanto para usarlo en la fertilización, como para extraer nutrientes. Y han descubierto a la entrada de esa cápsula la existencia de una válvula de 0,3 milímetros, que actúa como llave de paso.

Dicha válvula permite desviar el esperma a dos canales distintos situados a la izquierda y a la derecha. De este modo, la hembra puede seguir apareándose y recibir múltiples inyecciones seminales, aunque uno de los dos canales esté lleno.

Los investigadores creen que esta válvula fue un requisito previo que estimuló la aparición del pene femenino para así poder extraer más esperma con el que llenar la cápsula de almacenamiento.

Fuente: SINC.

Vicente Fernández López