Hablamos con Javier Jiménez, psicólogo clínico, sobre las cifras récord de suicidio en España y de cómo prevenir las conductas suicidas

El 2020 lo recordaremos como un año fatídico no solo por la pandemia del COVID-19, sino también por los efectos que ha provocado. Uno de ellos, según los expertos, es el récord histórico de suicidios en España. En total, 11 personas se quitaron la vida al día durante este año, una cada dos horas.

El último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) indica que el año pasado hubo 3.941 fallecimientos en nuestro país por suicidio, cantidad que no se registraba desde 1906. En general, se produjo un 7,4% más que en 2019, el doble en niños. En mayores de 80 años, esta cifra aumentó un 20% en 12 meses. El suicidio es la causa principal de muerte no natural en España, sobre todo entre los jóvenes de 15 a 29 años.

¿Qué relación tiene la pandemia con estos datos? ¿Por qué hay más casos entre la juventud? ¿Qué podemos hacer? Hemos hablado con Javier Jiménez Pietropaolo, psicólogo clínico y presidente honorario de la Asociación de Investigación, Prevención e Intervención del Suicido, y Familiares y Allegados en Duelo por Suicidio (RedAIPIS-FAeDS), para intentar dar respuesta a esta otra epidemia que afecta a la salud mental.

¿Qué puede decirnos sobre los últimos datos del INE respecto al aumento de suicidios en España?

Sí que puede tener relación con la pandemia, aunque en primer lugar, no sabemos por qué se suicida la gente. Ese es el principal problema, no sabemos los datos reales de suicidio. Se toman como fuente de referencia los del INE desde hace muchos años, pero hay otros oficiales como son los de los Institutos de Medicina Legal Forense con cifras mayores y también son datos oficiales.

De lo que a nosotros nos llega a la asociación, que a lo mejor es un 5% de lo que hay, es acoso escolar y la mayor parte se suicida

En mi opinión, estas cifras tan altas de suicidio se deben al deterioro de la estructura de la salud mental, tanto personal como institucional. La pandemia se ha cargado muchísimos centros de atención de salud mental que no han podido atender a los pacientes y se ha ido acumulando el trabajo.

El problema es que los centros de salud mental ya estaban saturados. Ha habido un parón mínimo de tres meses en atención con los pacientes, con todos los problemas que se han generado durante la pandemia.

Si nos fijamos bien, en pleno confinamiento es cuando menos suicidios ha habido. Si vemos los datos estadísticos por meses, ha habido más suicidios antes y después del confinamiento. Así que creo que se debe al deterioro de la salud mental porque dentro de la sanidad, la salud mental es la hermana pobre.

¿Por qué la cifra es superior entre los jóvenes? ¿Lo han notado desde la asociación?

Lo que no tiene sentido es que el INE no haga una sola pregunta, de esos casi 4.000 suicidios que ha habido en España, sobre la posible causa desencadenante. Así que no sabemos por qué se suicidan realmente los adolescentes.

En España, el perfil medio de suicidios es varón entre 50 y 60 años aproximadamente, tres hombres por cada mujer

De lo que a nosotros nos llega a la asociación, que a lo mejor es un 5% de lo que hay, es el acoso escolar entre los compañeros, amigos y redes sociales. La mayor parte que nos llega es porque se han suicidado. Nos contactan los familiares y nos cuentan las causas que piensan que han podido llevar a su ser querido a suicidarse. Igual que nos lo cuentan a nosotros, debería preguntarse siempre para saber cuáles son esas causas. Para mí, lo que más puede influir es el acoso.

¿Cuáles son los factores de riesgo claves de la conducta suicida y cómo se pueden detectar a tiempo?

En España, el perfil medio de suicidios es varón entre 50 y 60 años aproximadamente. Se suicidan tres hombres por cada mujer. Pero más que en los factores de riesgo, te diría que nos fijáramos en las señales de alerta inminente. Por ejemplo, en rasgos de la personalidad como la introversión, para mí es lo que más me preocuparía porque no cuenta sus problemas absolutamente a nadie. Otro puede ser la impulsividad. También los pensamientos dicotómicos, es decir, eres mi amigo o mi enemigo, te quiero o te odio a muerte.

Puedes tener muchos factores de riesgo, pero no mandar ninguna señal de alerta.  Por ejemplo, una mujer de alto nivel socioeconómico, con estudios, madre de hijos pequeños, familia estructurada y no tiene problemas significativos. Sin embargo, ella está diciendo que no le ve sentido a la vida, que es una mala esposa, mala madre, mala hija o mala compañera de trabajo. Piensa que para ser así, es mejor desaparecer. Tiene una visión totalmente distorsionada de la realidad y para mí una de las preguntas clave sería “¿por qué sufres tanto?”.

La principal necesidad de los familiares es acabar con la culpa y ser escuchados. Dentro del ámbito familiar no quieren hablar porque sigue siendo un tabú

Cuando leo cartas que han escrito antes de suicidarse, me acuerdo siempre de la película de Isabel Coixet, ‘Mi vida sin mí’. De pronto hay como un clic en la cabeza de las personas que piensan en matarse. “Mis seres queridos pronto olvidarán que me he ido, se acordarán de mí en momentos puntuales, les hago un favor y cuanto antes lo haga mejor”. Es tan inmenso el sufrimiento que la única solución que encuentran estas personas es acabar por completo con su vida.

¿Hay alguna técnica psicoterapéutica o algún programa específico para tratar a los pacientes con conducta suicida?

La terapia conductual o racional emotiva son las que a mí más me convencen, pero no deberíamos acotar el tipo de terapia. Cada comunidad autónoma tiene delegadas las subcompetencias de sanidad. Por regla general, cuando una persona intenta suicidarse en España e ingresa en psiquiatría, lo hace en la misma planta junto a una persona que tiene un brote psicótico, con alguien que ha sufrido acoso escolar o con alguien que ha intentado quitarse la vida por una ruptura de pareja.

Si tú ingresas a alguien en contra de su voluntad, le has privado de uno de sus mayores derechos que es la libertad. ¿Qué ocurre? Que le dan el alta muy rápido porque las personas que se intentan suicidar y no tienen ningún tipo de trastorno psicológico grave intentan por todos los medios que les den el alta. Lo primero que le dicen a los profesionales es que se van a tomar la medicación, que van a ir al centro de salud, que no van a volver a intentar suicidarse, etc.

Yo pregunto a los familiares si en el ingreso psiquiátrico han pasado algún tipo de psicoterapia individual. Saben que allí tomarán medicación y no podrán suicidarse. Igual se quedan un día, una semana o un mes pero, por norma general, los centros no hacen ningún tipo de psicoterapia.

El otro día atendí a una mujer que su hija de diez años se había suicidado. Ahora ella tiene intención suicida y entraría en psiquiatría. Le darían medicación, aunque no tendría ningún tipo de tratamiento psicoterapéutico. No existe ninguna pastilla que te quite el dolor de haber perdido a tu hija de diez años.

En España, aproximadamente, se forman cientos de psicológicos cada año. Tengo conocimiento de que ninguna facultad de psicología enseña a detectar conductas suicidas y eso es muy grave. Hay que empezar la base por los cimientos.

Hace poco, el Gobierno anunció que iba a crear un teléfono 24 horas contra el suicidio invirtiendo un millón de euros para el tema de la salud. Poco me parece, pero yo dije, estupendo. Siempre y cuando no lo saquen a concurso y lo coja una empresa que no tenga nada que ver con esto. Si vas a sacarlo a concurso durante cuatro años, vas a pagar menos a los profesionales y cuanto menos los pagues, menos cualificados los vas a encontrar.

Desde la asociación orientan a familiares y allegados cuando pierden a un ser querido. ¿Cuáles son sus necesidades tras un suicidio?

Lo primero de todo, ser escuchados. Muchas veces, dentro del propio ámbito familiar, no quieren hablar del tema porque sigue siendo un tabú. La principal necesidad de los familiares es acabar con la culpa tanto por acción como por omisión: “Si yo hubiera hecho…”, “Si yo hubiera dicho…”, etc.

Hay muy poco personal cualificado y el que está cualificado, está totalmente sobresaturado

“Si lo hubiera sabido hoy, lo hubiera llevado a un psicólogo” y yo les digo que la mayor parte de los psicólogos no saben cómo detectar y cómo enfrentar las conductas suicidas. “¿Tú eres psicólogo? Entonces, ¿cómo ibas a saber lo que estaba pasando? Dentro de los conocimientos y de las capacidades con esto que ocurrió, tú hiciste lo que pudiste. Ahora es muy fácil decir lo que hubiéramos hecho antes”, les digo también.

¿Pueden adoptar los medios de comunicación alguna medida para prevenir las con­ductas suicidas?

Cuando se hace un artículo sobre el suicidio, deberían añadir recursos sobre la prevención. Por ejemplo, información sobre las asociaciones de supervivientes que hay en España. Ahí estáis haciendo verdadera prevención.

Todas estas asociaciones han creado con mucho esfuerzo ‘Supervivientes’ y es como un tipo de asociación, ONG. Hago esto de manera voluntaria e invierto mi tiempo a gusto. Pero no es normal, esto debería hacerse a nivel público, estatal o de comunidad. A nivel público, hasta donde yo tengo conocimiento, no hay absolutamente ningún lugar donde puedan recurrir los supervivientes.

El año pasado me preguntaron a cuántas personas atendí en la asociación a la que represento. Hacía más de cinco años que no llevaba la cuenta, pero miré los correos y vi que atendí a 120 familias solo en España, otras 30 que atendieron mis compañeras y que eran de fuera, pero de habla hispana.

Los medios nunca deberían hablar del método suicida porque está demostrado que se copia. La conducta suicida no tiene por qué copiarse siempre y cuando se hable de manera correcta. Por ejemplo, cuando alguien escribe un artículo diciendo que es comprensible que alguien se suicide si su pareja le rechaza, que lo hizo por amor. Todo esto ha venido a raíz de la época del romanticismo. Un sociólogo en Estados Unidos dijo que había que tener cuidado de cómo los medios de comunicación hablan del suicidio porque se puede copiar.

Sin darse cuenta, los medios han ido distorsionando de “cómo hay que hablar de manera correcta” a “de esto no se puede hablar”. No mira, si los medios de comunicación no habláis, la gente no se va a enterar. La gente no sabe que hay una media de 11 suicidios al día en España, según los datos más optimistas. Tampoco deberían poner imágenes de las personas fallecidas y menos muertas.

Los dos últimos casos que recuerdo que se han tratado fatal han sido los de Blanca Fernández Ochoa y el del dueño del restaurante ‘El Brillante’ de Madrid. Varios periódicos sacaron que él mandó un WhatsApp a su sobrino y le encontraron muerto con la pistola al lado, que tenía problemas de depresión.

Por último, ¿son efectivos los programas clínicos de intervención para reducir futuros episodios de conducta suicida? ¿Qué piensa que se puede mejorar?

Los programas clínicos de intervención son efectivos, pero el problema principal es que hay muy poco personal cualificado. Y el que está cualificado, está totalmente sobresaturado. En muchas comunidades autónomas, para que te den una cita con el psicólogo de la sanidad pública, la media puede ser de tres meses. Después de esa primera cita, a lo mejor te ven de mes en mes cuando puede que necesites una o dos semanales.

Cada comunidad autónoma va a su aire, pero hay psiquiatras que me han dicho que están dando citas para dentro de nueve meses. Ahora con el tema de la pandemia, muchos de los recursos de salud mental se derivaron a la salud en general, al tema del Coronavirus. También cerraron muchos centros o los dejaron bajo mínimos.

En un centro de salud mental me comentaron que estaban dos psiquiatras al día, pero ahora con el tema de la pandemia van a trabajar uno cada día. Durante los tres meses del confinamiento extremo, marzo, abril y mayo, hubo muchísima atención telefónica.

Llevo 30 años dedicándome a la psicología. Si me preguntan por qué creo que durante esos tres meses bajó la tasa de suicidios, como hipótesis mía, digo que nunca en la vida había visto tanta atención telefónica gratuita como entonces. La mayor parte de los que atendían eran voluntarios y eso es bastante sangrante.

El Ministerio de Sanidad, con el Consejo General de la Psicología, contrató a bastantes psicólogos. Entonces, lo primero que hay que hacer es más formación a los profesionales. Tiene que haber una buena ratio de pacientes con los profesionales. No puede ser que yo, por ejemplo, tenga que ver diez pacientes cada día porque acabo saturado y no puedo hacer bien mi trabajo.

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Mañana 20 de noviembre, como cada tercer sábado de este mes, se conmemora el Día Internacional del Superviviente. Desde RedAIPIS-FAeDS llevarán a cabo el acto este año en el Centro Cultural Julio Cortázar de Madrid, dedicado a todos aquellos familiares o allegados que han sufrido la pérdida de un ser querido por suicidio. El programa puede consultarse en este enlace. También están disponibles las guías para familiares, docentes, personal sanitario y de autoayuda.