Educación, salud, agricultura, gestión de agua. Los ámbitos de lucha para difuminar la línea que divide al mundo en los con y los sin recursos son amplios y complicados. Afortunadamente, también son muchas las personas e instituciones que ponen sus conocimientos e ingenio al servicio de este objetivo. La ciencia y la tecnología se perfilan como instrumentos fundamentales en la empresa. He aquí una selección de proyectos que ya están aportando su granito de arena para mejorar infraestructuras, regiones y, sobre todo, historias individuales. Tomemos ejemplo.
Ir al médico puede resultar una empresa complicada en determinadas zonas del planeta. Tanto, que muchas personas enferman y mueren porque no pueden desplazarse hasta el centro de atención más cercano. En el Centro Blum de la Universidad de Berkeley (EE UU) detectaron ese problema en muchas regiones de Uganda y diseñaron un plan de acción para solventarlo. El proyecto Bodas for Life consiste en una red de conductores de motocicletas (llamados bodas en la jerga local) provistos de teléfonos móviles. Ellos acuden a la llamada de los pacientes y los trasladan al centro de salud por un precio asequible.
© Blum Center
Un microscopio resulta fundamental para detectar agentes infecciosos. Por eso, el profesor Daniel Fletscher, de la Universidad de California en Berkeley (EE UU), decidió ampliar su uso. Para ello, ha ideado un dispositivo, el CellScope, que transforma en microscopios los teléfonos móviles, PDAs y portátiles. De esta forma ha creado un instrumento portátil para detectar y observar el desarrollo de enfermedades como la tuberculosis y la malaria. Con él también se pueden realizar consultas a distancia.
© Blum Center
La malaria es uno de los grandes azotes de los países en desarrollo. Para detectar la presencia de los parásitos que la transmiten, Sang-Yeon Cho e Immo Hansen, de la Universidad de Nuevo Mexico (EE UU) están desarrollando un minidetector. Para ello, realizan «nanoagujeros» en una película de oro y enfocan luz sobre las reacciones químicas que tienen lugar entre los anticuerpos y los antígenos. El proceso desencadena ondas electromagnéticas que indicarán la presencia de los parásitos.
© Bill & Melinda Gates Foundation
El acceso al agua es uno de los grandes temas en la lucha contra la pobreza. Por ello, resulta fundamental detectar sus depósitos y sus flujos. Para ello, la ciencia espacial proporciona un instrumento excepcional: los satélites. El programa TIGER, de la Agencia Espacial Europea (ESA), ha aportado desde 2002 valiosos datos sobre este recurso, especialmente en África.
© ESA
Más de 2.000 millones de personas viven sin luz eléctrica, lo que reduce considerablemente actividades habituales en el primer mundo. Como que los niños estudien en casa. La compañía Nuru Design ha diseñado unas sencillas linternas que pueden paliar considerablemente este problema. Su principal fuente de alimentación es un generador conectado a unos pedales de bicicleta pueden recargar cinco linternas con unos 20 minutos de pedaleo. Cada carga dura unas 37 horas. Una solución respetuosa con el medio ambiente.
© Nuru Design
1,6 millones de mujeres y niños mueren cada año debido a los incendios y gases de sus precarios fogones. La organización Trees, Water & People (TWP) ha abordado el problema con la distribución de fogones eficientes que reducen el consumo de madera entre un 50 y un 70%. Con ello, además de proteger los bosques y reducir las emisiones de CO2, las familias ahorran entre 1 y 5$ diarios.
© Trees, Water and People
La gestión y distribución de agua es uno de los campos en los que los conocimientos científicos y tecnológicos están librando una decisiva batalla contra la pobreza. En la imagen, la instalación de tuberías para el sistema de distribución de agua en Kigoma (Tanzania) que ha llevado a cabo el Programa Hidrosanitario de Ingeniería sin Fronteras.
© Ingeniería Sin Fronteras ApD.
Más de 6.000 mujeres mueren al año en Nepal durante el parto. Mientras dan a luz son consideradas impuras, por lo que deben traer a sus hijos al mundo fuera de las casas, en el campo o en los corrales. Así tuvo a su primera hija Maheshwori Devi Bishwokarma, de 19 años. Un proyecto de la Fundación Bill y Melinda Gates consiguió que su segundo parto fuera atendido por una comadrona con la debida preparación. Su formación le permitió mantener a la madre y el bebé, que venía de pie, en las adecuadas condiciones higiénicas y contribuir a un feliz alumbramiento.
Usar los recursos locales
Uno de los instrumentos básicos para combatir la pobreza es conocer los recursos de cada entorno para aprovecharlos de forma local. Esta es la base de las Empresas Comunitarias de Alimentos (CFE, por sus siglas en inglés). Entre ellas se cuentan las cooperativas de mujeres de Marruecos, dedicadas a obtener aceite de argán. Además de asegurar el sustento de las familias, fomentan la integración de la mujer y contribuyen a la conservación de este árbol, característico del SE marroquí.
En muchos países del Tercer Mundo, la yuca constituye uno de los alimentos básicos. Por ello resulta imprescindible velar por el buen término de las cosechas. Sin embargo, muchos agricultores desconocen las enfermedades que pueden afectarlas o no las identifican a tiempo. Para ayudarles, se ha puesto en marcha la iniciativa GLCI (Great Lakes Cassava Initiative) en la zona de los Grandes Lagos de África. Además de los programas de educación y de distribución de semillas, incluye un sistema de vigilancia tecnológica. Un pequeño portátil dotado de una cámara permite recoger los datos de los campos y enviarlos a una central para detectar cuanto antes las posibles amenazas a este alimento básico y remediarlas a tiempo.
© CSR
El conocimiento de las nuevas tecnologías supone una ventaja a la hora de acceder al mercado laboral, también en los países en desarrollo. Sin embargo, muchas de sus localidades ni siquiera cuentan con suministro eléctrico. El proyecto Aula Informática Solar Móvil (MSCC), de la Fundacion Maendeleo, está dirigido a superar ese obstáculo. Consiste en un aula portátil, transportable en un todo terreno, y dotada de ordenadores que se alimentan con energía solar. Hace una visita por semana a una serie de escuelas rurales y acerca el manejo de los ordenadores a 100 alumnos (y profesores) al día.
© Fundación Maendeleo