Con la ayuda de una grúa, una sonda con cámara y unas tijeras de podar
El testículo de un paquidermo es una especie de bola de 30 cm de largo, resguardada por 5 cm de piel, 10 de grasa y 25 de músculo. Una verdadera cámara acorazada. Por ese motivo, hacerle la vasectomía a un elefante no era tarea sencilla hasta que el veterinario Mark Setter inventó, el pasado año, un laparascopio de fibra óptica de un metro veinte de largo, unido a un monitor de video. Después de sedar al animal, el especialista y su equipo utilizan una grúa para enderezar a la colosal bestia. Luego, Setter realiza varias incisiones de 10 cm cerca de los órganos reproductores, y va introduciendo en ellas el laparoscopio hasta localizar el vaso deferente, un conducto de 1 cm de grosor que transporta el semen del elefante desde los testículos al pene. Una vez localizado, el veterinario introduce unas tijeras tamaño jardinero y corta una parte del vaso. El método funciona, y ahora Setter está instruyendo en su manejo a los veterinarios de los parques africanos en los que es necesario controlar el número de ejemplares de elefantes, para evitar que se reproduzcan de forma excesiva y alteren su hábitat natural.