Renault ha reactivado la leyenda que supuso el Renault 5 en los años 70 y, sobre esa idea ha construido un coche 100% eléctrico que se parece mucho a su antecesor… ¿o no?
El primer Renault 5 nació en plena era de democratización del automóvil, esa que contribuyó a la emancipación de la mujer y a que España se movilizara. Supuso un revulsivo en un mercado que ya había agitado previamente el Seat 600, pero con la diferencia de que el Renault 5 tenía pretensiones. Y esas no eran otras que la de convertirse en el primer coche de las familias e incluso en el segundo en aquellas con más poder adquisitivo. Otros fabricantes se aprestaron igualmente a dar respuesta a las necesidades de una clase media que cobraba fuerza. Opel con el Corsa, Seat lanzando el Ibiza y Ford empezando a producir el Fiesta en nuestro país reclamaron igualmente entre otros sus cotas de protagonismo.
Tenerlo claro
El Renault 5 tuvo dos aciertos. El primero, conquistar no solo a los padres de familia media, sino también a unos jóvenes que intuían la libertad que estaba a punto de llegar con la democracia. El segundo, hacer versiones deportivas, como el Renault 5 TS y depués el R-5 Turbo que imprimieron a este utilitario un carácter diferente. Y el tercero, una estética que sedujo de inmediato a los conductores.
Dicen que Michel Boué, su diseñador, creó el coche en solo dos días dibujando unas líneas maestras sobre la fotografía de un Renault 4. El resultado recibió el nombre interno de 122 y, cosa excepcionalmente anómala en el mundo del automóvil, fue aprobado a la primera por la directiva de la casa, todo un hito en el sector. Todavía hay quien recuerda el revuelo cuando se presentó en público en el Salón del Automóvil de París de 1972.
Vaya momentazo
Nació el Renault 5 en un momento también delicado en el plano geoestratégico. La primera crisis del petróleo azotaba la economía de casi todo el mundo y con ello las llamadas a la contención energética. Los primeros anuncios del coche destacaban su economía de combustible, pero no era suficiente. Los responsables de Renault tenían que hacer algo más para encarar la situación. Así que Renault decidió lanzar la versión GTL del Renault 5. Tenía un «gran» motor de 1289 cc frente a los 782 cc y 34 CV de la versión original, pero con una particularidad. Montaba un carburador de un solo paso que optimizaba el consumo del carburante sin penalizar la respuesta. Un éxito.
Un legado valiosísimo
No es difícil encontrar conductores que han sido propietarios de un Renault 5, o que recuerdan a los padres de un amigo conduciéndolo, o a sus tíos o algún novio o novia… Ese vínculo emocional con el pasado, esa pasión por el mundo del automóvil que cada vez existe menos es lo que no podía desaprovechar Renault cuando recientemente se planteó crear una nueva plataforma para vehículos utilitarios eléctricos. Solo quedaba dotarla de sentimiento y qué mejor manera de hacerlo que recurriendo a uno de sus grandes iconos. Era la mejor baza de plantarle cara a la exuberante pero fría tecnología china.
Las líneas retrofuturistas del nuevo Renault 5 son claves en su éxito
Y lo han hecho mirando al pasado en todos los sentidos porque este que ahora se comercializa no es el primer Renault 5 eléctrico de la historia. En 1976, apenas cuatro años después de que se lanzara el primer R-5, la compañía estatal francesa EDF daba vueltas a la idea de un coche cero-emisiones. El Renault 5 fue el elegido para los ensayos. La sorpresa fue mayúscula cuando el ministro francés André Jarrot llegó al Consejo de Ministros de su país conduciendo una versión eléctrica de este utilitario. Han pasado cuatro décadas de aquello.
Hoy, el Renault 5 se comercializa únicamente con versiones 100% eléctricas con potencias de 95, 110 y 150 CV y baterías de 40 y 52 kW, suficiente para lo que la mayoría de los conductores necesitan a diario, pero justo cuando se trata de viajar porque la autonomía oficial va de 300 a 412 km. La casa da un consumo oficial de 15 kWh en las versiones más potentes, aunque la cifra real en una utilización media está en torno a los 20 kWh.
Gilles Vidal, el nuevo gurú artístico de la casa
“Analizamos la geometría del faro del modelo de los setenta, sus proporciones y silueta antes de definir el nuevo”, explicó Gilles Vidal, responsable actual de Diseño de Renault cuando se mostraron las primeras líneas del coche. “Inspirándonos en el Renault 5 Turbo, bordeamos en rojo el montante del parabrisas y diseñamos las aletas traseras y las pequeñas falsas extracciones de aire a lo largo de los faros. Estos mismos grupos ópticos son una reinterpretación moderna del Renault 5 original. Están divididos en dos partes para que una de ellas pueda actuar como deflector aerodinámico porque algunos de los elementos de diseño inspirados en el modelo original esconden funciones modernas”. Entre ellas están la toma de aire del capó, que ahora esconde la boca de carga de electricidad. También los tiradores delanteros, que incorporan el sistema de apertura a distancia, evocan la simplicidad de los originales. Los traseros, sin embargo, están disimulados para recordar que el Renault 5 fue un coche de dos puertas de 1972 a 1980. La parrilla, por su parte mantiene la esencia del diseño del R5 clásico y el diseño de los asientos, el volante y los paneles de las puertas se inspiran la estética de los modelos de los ochenta aunque, eso sí, incorpora las pantallas de infoentretenimiento y la mayoría de los ingredientes tech de un utilitario del siglo XXI.
El Renault 5 está disponible a partir de 26.800 euros.
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